En marzo de 2021 fueron registrados 509.900 niños concurriendo a ollas y merenderos. Un año después, la cifra aumentó a 516.400. Los datos presentados por Solidaridad.uy indican que este proceso ocurrió mientras se redujo la cantidad de merenderos y ollas abiertas durante el mismo período, de 47 a 43.
“Un país agroexportador como el Uruguay que produce alimento para 30 millones de personas -y que espera llegar a producir para 60 millones (Ministerio de Ambiente, abril 2022), no cuenta con políticas públicas que atiendan la vulneración del derecho a la alimentación de forma directa”, indica el informe presentado a principios de agosto.
Mensualmente, señala el documento, del total de iniciativas el 66% son “olla y merendero”, el 20% funciona solamente como olla popular y el 14% únicamente como merendero.
“Es importante destacar el dato de merenderos ya que, si se analizan las iniciativas activas que se muestran en el Gráfico 1, los mismos bajaron en cantidad (pasando de 47 a 43) pero las porciones (Gráfica 4) aumentaron, pasando de 509.900 en marzo 2021 a 516.400 en marzo 2022. Esto refleja que pese a la disminución (o relativa estabilidad) de la cantidad de merenderos en funcionamiento, cada vez más niñas y niños se alimentan en los mismos”.
Así indica Solidaridad.uy en el informe el incremento de los niños que en el período marzo 2021 a marzo 2022 concurrieron a estos centros.
“Las ollas y merenderos en su conjunto sirven 45.100 porciones por día, equivalentes a la población de la ciudad de Mercedes, Soriano (I.N.E. 2011)10. Por otro lado, solo las ollas sirven semanalmente 168.250 porciones, lo cual equivale a 2,8 Estadios Centenarios”, ejemplificó.
“Se confirma que Uruguay no es un país pobre, es un país desigual (…) y que las ollas no pueden, ni deben convertirse en una política pública”, concluye el documento.
En la columna quincenal por M24, Juan Pablo Labat adelantó que se prepara una denuncia contra la organización Uruguay Adelante, encargada por el Ministerio de Desarrollo Social de la distribución de alimentos a ollas y merenderos, por presiones a estos espacios barriales para que entreguen cédulas de identidad de niños. Sostuvo que esto es una forma de extorsión a las ollas populares porque “si no les dan los números de cédula, ellos no les dan la leche”.
Acceda al Informe de Solidaridad.uy
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