Son pocos los presidentes latinoamericanos que han decidido divorciarse durante sus mandatos, por lo que la noticia atrae mucho la atención mediática.
11 DE MAYO DE 2022 – 14:04Divorciarse puede afectar la popularidad de los mandatarios.
La decisión de divorciarse del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, de su pareja, Lorena Ponce de León, alcanzó notoriedad no solo por la trascendencia de sus protagonistas sino por la excepcionalidad con la que los presidentes se distancian de sus parejas durante sus mandatos.
En efecto, encontrar presidentes latinoamericanos que hayan optado por divorciarse —o al menos que se hayan distanciado públicamente de sus parejas— no es una tarea sencilla, especialmente porque muchos electorados aún pueden interpretar una separación conyugal como un escándalo que puede afectar la popularidad de los mandatarios o distraer a los líderes de sus tareas.https://aab8105beb475cefd659a038ad988a03.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
En varios estados de América Latina, además, existe la figura legal de la ‘Primera Dama’ o ‘Primer Caballero’, puestos oficiales destinados a las parejas de los gobernantes y que requiere que participen en actos públicos, encabecen campañas de bien público o asistan a tareas de beneficencia. Divorciarse, en estos casos, obliga a los mandatarios a hacer recaer esas tareas en otra persona de su entorno familiar.
Ahora bien, la separación del presidente uruguayo parece ser, al menos en un primer momento, mucho más amistosa que la de otros dos paradigmáticos presidentes latinoamericanos de la década de 1990: el argentino Carlos Menem y el peruano Alberto Fujimori.
Menem-Yoma, una separación entre el poder y la farándula
Menem había contraído matrimonio con Zulema Yoma en 1966 bajo el rito musulmán, ya que ambos provenían de la colectividad siria. Yoma acompañó el ascenso político de Menem, que pasó de ser gobernador de la provincia de La Rioja a presidente de la república en 1989. En pleno auge de la Argentina del ‘uno a uno’, Menem se fue convirtiendo en más un personaje de la farándula que en ejemplo de sobriedad presidencial.
En medio de eso, los rumores sobre infidelidades y crisis matrimoniales se extendían. En 1990, cuando Menem llevaba apenas un año de Gobierno, el escándalo estalló de la forma más inesperada: mientras el presidente estaba en Europa en una gira presidencial, encomendó al jefe de la Casa Militar, Andrés Antonietti, a desalojar a Yoma de la Residencia de Olivos, la finca presidencial argentina. Divorciarse legalmente no pasaría hasta 1991, cuando Yoma demandó a Menem por «injurias graves, infidelidad y malos tratos».
El divorcio hizo que el cargo de primera dama pasara a manos de Zulema Menem, hija de la pareja que por entonces apenas pasaba los 20 años.Ya sin las responsabilidades de Primera Dama, Yoma se consolidó como una figura de la farándula argentina y desde la muerte de su primogénito Carlos Menem Jr, contradijo públicamente a su exesposo al afirmar que no se había tratado de un accidente.
Menem y Yoma volvieron a acercarse en 2020, ya con el dos veces presidente argentino con graves problemas de salud. Ambos estuvieron a punto de volver a sacarse pero finalmente no lo concretaron.
Torturas y secuestro: el polémico divorcio de Fujimori
El 24 de agosto de 1994, el entonces presidente peruano Alberto Fujimori sorprendió a la nación con un mensaje oficial en el que confirmaba su divorcio de Susana Higuchi, con quien había contraído matrimonio en 1974. Las tensiones en el matrimonio comenzaron a hacerse públicas en 1992, cuando Higuchi decidió denunciar públicamente irregularidades en el manejo de donaciones enviadas por el Gobierno de Perú y que eran administradas por Rosa Fujimori y Clorinda Ebisui, hermana y cuñada del presidente.
El estallido llegó dos años después, con Fujimori ya como presidente de facto tras disolver el Congreso y luego de que, por razones de seguridad, la familia se había mudado en una dependencia del Servicio de Inteligencia del Estado. Las diferencias políticas entre Higuchi y Fujimori eran cada vez mayores y, con la intención de evitar nuevas denuncias públicas, el presidente peruano ordenó a efectivos militares que impidieran a Higuchi salir de la residencia.
Fuente : carasycaretas.com.uy