La Delegación Uruguaya de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (DUCTMSG) ha sido, antes y después del gobierno del Frente Amplio, el “botín de los perdedores”. Desde la recuperación de la democracia hasta el advenimiento del primer gobierno de Vázquez y luego de terminado el segundo, las autoridades de la DUCTMSG, han sido constituidas, mayoritariamente, por personas que no accedieron a cargos electivos.
Varios aspirantes a intendentes y diputados no aprobados por la población, recibieron como premio consuelo un cargo de «delegado» o «secretario». Hay incluso anécdotas casi jocosas que narran que «fulano» prefería perder la intendencia, para «ir a Salto Grande».
La llegada del Frente al gobierno Nacional terminó con esta práctica. La presidencia de la República decidió que los altos puestos fueran ocupados por especialistas: ingenieros, economistas y cuando mucho un representante político del primer mandatario. Esa práctica dotó a la DUCTMSG, de la imprescindible idoneidad para hablar de igual a igual y dirigir a los altos mandos técnicos que manejaban la principal central eléctrica del Uruguay. El cambio fue profundo: se achicaron los salarios y beneficios de esos cargos de confianza, se acortó el número de delegados y se terminó el amiguismo en la distribución de recursos financieros. También se acabaron los ingresos «a dedo» y los concursos se transformaron en herramienta imprescindible para entrar al servicio del país. Los miembros de la Delegación Uruguaya definieron aportes voluntarios para crear un fondo de asistencia a proyectos productivos y sociales, y procuraron transformar los apoyos oficiales en una conducta planificada de respaldo a emprendimientos para las comunidades ribereñas. Quedó desterrada la politiquería.
La llegada del gobierno nacional que tiene como mascarón de proa al herrerismo, destrozó toda la política de idoneidades, concursos, transparencia y valoración verdaderamente desarrollista de los apoyos a brindar.
Muchos referentes de los partidos blanco y colorado, e incluso el actual intendente de Salto, han saludado el advenimiento de este tiempo de amiguismo, acomodo y caridad hacia los «necesitados» de la región. Me permito decirles que aplauden un retroceso, que vuelve a premiar a los amigos del que manda, aunque sea el dueño del botín de los perdedores. La ideología del Frente Amplio jamás festejará el reparto de los bienes del pueblo, entre los amigos del gobierno, ni aplaudirá que se haga caridad en lugar de desarrollar conciencia. Para eso por más de cincuenta años hombres y mujeres han «dejado el cuero en la estaca» para cambiar el país en paz; obrar diferente es desconocer para qué existe el Frente Amplio.
Es mucho más fácil regalar camisetas a un equipo, entregar un transporte, contratar unas docenas de obreros amigos, o colocar en cargos de alta renta a actores políticos, que desarrollar una labor de construcción social, de cambio de la caridad por justicia, de elaborar estructuras de dignidad. Es poco ético sembrar cientos de miles de pesos en medios de prensa para promocionar actividades que no lo necesitan, sobre todo cuando ese dinero es del Pueblo. ¿Para qué…?
Con decisión digo una vez más a quien quiera leerlo: rechazo la prostitución política.
UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias