En el mismo momento en que se estaba llevando adelante la firma del contrato que habilita el inicio la construcción de la planta en Arazatí -el denominado Proyecto Neptuno- para el suministro de agua potable para Montevideo y el área metropolitana, fuera de Torre Ejecutiva se llevaba adelante una movilización en contra de la iniciativa.
«Este proyecto no es necesario, simplemente es un negocio de una empresa privada. Es la entrega del agua como bien natural», dijo a Telemundo Nelson Altieri, integrante de la Comisión Nacional por el Agua y la Vida.
«El Proyecto Neptuno va a abastecer nada más que un 23% de lo que necesita Montevideo. La ciudad tiene picos de 700.000 metro cúbicos, ahora estamos en 500.000 y Neptuno va a abastecer 200.000 metros cúbicos, lo que va a ser totalmente insuficiente para la zona metropolitana», añadió.
Otro que participó de la movilización fue el excandidato a presidente por el partido Unidad Popular, Gonzalo Martínez, quien en más de una oportunidad se mostró crítico del proyecto. «Nuestro compromiso en la defensa de los bienes naturales es desde siempre. Lo hicimos cuando el Frente Amplio creó la Ley de Riego y ahora con el Proyecto Neptuno. El pueblo dijo que el agua debe ser administrada por el Estado. Con el paso de todos los gobiernos se han aplicado medidas que violentan la Constitución, que conciben al agua como una mercancía y que la privatizan», afirmó.
Martínez remarcó que el proyecto «es un negocio». «Por algo hay empresas privadas que buscan tener ganancias que se van a obtener a partir del pago de un canon que va a salir de los uruguayos con las tarifas públicas. Esta obra va a terminar en arcas privadas y es un proyecto que no resuelve el problema que estamos teniendo en torno al agua y la sequía», apuntó.
En ese sentido, dijo que se pretende tomar agua de un punto salado, que tiene «altos niveles» de salinidad y cianobacterias «que va a afectar a la producción agrícola de la zona». «Tampoco resuelve la necesidad de agua que tiene la zona metropolitana», agregó.
Por último, afirmó que la OSE tiene que disponer de recursos económicos «para atender la desastrosa situación que tienen las cañerías por la que se pierde más del 50% del agua ya potabilizada».
