BRASILIA (ANSA/Por Patrizia Antonini) – El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, ya declarado inelegible hasta 2030 por el Tribunal Electoral en 2023, enfrentará ahora un juicio por intento de golpe de Estado que podría acabar definitivamente con su carrera política.
Cuando tres jueces de la primera sección del Supremo Tribunal Federal ya habían expresado su voto, formando mayoría para aceptar la denuncia del Procurador General -que como consecuencia directa condujo a su imputación y a la de otros siete de sus más fieles partidarios- Bolsonaro publicó un posteo para denunciar las intenciones “políticas” detrás del juicio.
Quieren “impedirme presentar como candidato” en 2026 “porque saben que, en una competencia justa, no hay ningún candidato capaz de vencerme”, escribió el expresidente de extrema derecha en su perfil X.
Un mantra que el líder ultraconservador viene gritando en las calles de las principales ciudades de Brasil en las últimas semanas, pidiendo amnistía para sus partidarios, aquellos que el 8 de enero de 2023, mientras él ya estaba en Miami, violaron y saquearon los Palacios de la Democracia de la capital.
En aquella época, se trazó inmediatamente una analogía entre el asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia y aquella de los soberanistas al Capitolio: Bolsonaro como su amigo (Donald) Trump, se dijo.
Y tal vez sea precisamente al inquilino de la Casa Blanca, a quien el expresidente brasileño había mirado hasta ahora en busca de un posible regreso para los comicios de 2026. Una mistificación, sin embargo, dados sus ocho años de inhabilitación para cargos públicos por abuso de poder y distorsión de los medios de comunicación con fines electorales.
Y con el juicio por intento de golpe, el escenario político para Bolsonaro se ha vuelto aún más oscuro.
En las audiencias de dos días en la Corte Suprema, el fiscal general Paulo Gonet recordó cómo el expresidente lideró una organización criminal destinada a “generar acciones que garantizaran su continuidad en el poder, independientemente del resultado de las elecciones de 2022”, ganadas por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Fue apoyado sobre todo por el entonces candidato a vicepresidente y exministro de Defensa Walter Souza Braga Netto, acusado como Bolsonaro y otros seis (entre ellos los exministros Augusto Heleno, Paulo Sérgio Nogueira y Anderson Torres).
“Todos ellos -según Gonet- han aceptado, alentado y ejecutado actos que la legislación penal define como un atentado contra la existencia y la independencia de los poderes públicos y contra el Estado democrático de derecho”.
Crímenes que “constituyen una cadena de acontecimientos para que, por la fuerza o la amenaza, Bolsonaro no dejara el poder o regresara a él”.
Acusaciones demostradas con “pruebas razonables” y suficientes según los cinco jueces (Alexandre de Morais, Flávio Dino, Luiz Fux, Cármen Lúcia y Cristiano Zanin) que decidieron llevar a juicio a Bolsonaro.