No se apreció el mismo movimiento que en años anteriores. La Noche de la Nostalgia, esa fecha que se tenía como aquella en la que la participación era la mayor del año, superando incluso a la de las fiestas tradicionales, este año fue diferente.
Por un lado, una menor cantidad de cenas show –solamente tres– y de bailes y pubs –diecinueve–; es decir la oferta fue sensiblemente menor. Por otro lado, las largas filas para cruzar el puente internacional Paysandú-Colón.
Una cantidad considerable de sanduceros eligieron cruzar a Argentina aprovechando la diferencia cambiaria y el ahorro que se logra cenando o concurriendo a lugares bailables “del otro lado”. De hecho en la noche del 24 –al menos antes de la medianoche– el ingreso a Uruguay era fluido y rápido.
Mientras, un gran número de vehículos esperaban el cruce a Colón. En Paysandú, de todas maneras, muchos eligieron disfrutar la Noche de la Nostalgia como es tradicional, en el país donde se inventó y escuchando la música de aquellos años.
Aunque no en todos los lugares. De hecho, los jóvenes fueron mayoría entre los que salieron, y se reunieron en bailes y pubs donde la música que se escuchaba era la que ellos disfrutan cada fin de semana. La Nostalgia parece comenzar a cambiar, pero por obra y gracia del bolsillo. Hoy por hoy es más barato “allá”. Aunque en Argentina de la Noche de la Nostalgia poco o nada se sepa.