Un ataque a un joven de 18 años, golpeado, amenazado, robado y atropellado por cinco personas, será investigado esta semana por la fiscalía. Según el relato del padre de la víctima, éstos presumieron que era un ladrón por su vestimenta, uno de ellos adujo ser hijo de un diplomático cuando el padre de la víctima le dijo que denunciaría la situación y los policías que tomaron la denuncia le indicaron que el hecho, si hubiera sido efectivamente un ladrón, era legal. 

A través de una carta pública, el docente de Filosofía y Ética en la Universidad Claeh, y asesor educativo de la ANEP, Pablo Romero, narró el ataque que recibió su hijo de 18 años sobre las 20:30 horas del sábado en Pinares de Punta del Este, lugar en el que vacacionaban.

Cinco hombres de unos 30 años lo «golpearon, amenazaron de muerte, hurtaron e intentaron secuestrar y matar con un cuatriciclo, provocándole heridas cortantes en sus pierna», ya que habían sido víctimas de un hurto semanas atrás y «supusieron» que el joven «era un ladrón que caminaba por la calle con intenciones de robar», narró Romero.

El adolescente, próximo a ingresar a la Facultad de Medicina, «suele utilizar gorro de visera, capucha y pantalones recortados y a veces camina con un aire y balanceo que da sensación de que está en pleno rapeo por las calles» por su afición al género músical, narró su padre.

Luego de que el joven esquivó múltiples agresiones, que incluyeron golpes, insultos, un atropello, fue ingresado junto a los agresores a la vivienda para demostrar que se estaba hospedando allí, bajo la amenaza de «si no vivís ahí te vamos a pegar un tiro y tirar en una zanja”.

Los agresores, que alquilan la casa contigua a la de la víctima, luego de comprobar que efectivamente era su vecino señalaron «que lo confundieron un ladrón», le devolvieron un buzo que le habían hurtado y un gorro. Uno de los atacantes le dio 3500 pesos  “para que se compre otro gorro”, ante la mirada de la pareja de Romero.

Cuando el padre de la víctima se enteró de la situación fue hacia la casa de los agresores, los increpó y les señaló que cometieron varios delitos graves que serían denunciados, recibió la advertencia de que era el «hijo de un embajador y que iba perder el tiempo denunciando». 

Romero le respondió que trabaja «como asesor del gobierno, pero que eso tampoco importaba, que existe la justicia y no importa lo que uno sea», y fue empujado por uno de los atacantes. 

«Errar es humano», explicó la agente a los familiares de la víctima del ataque en respaldo a los vecinos atacantes

Cuando la policía llegó al lugar los atacantes reconocieron «el error en la confusión», y la víctima se dirigió al Sanatario Mautone, «donde constataron las lesiones sufridas por mi hijo». Uno de los efectivos, argumentó antes de retirarse que “hay muchos robos en la zona y que por eso la reacción, que errar es humano”.

«Lo hago público porque entiendo que la situación vivida tiene, por sus particulares características, un interés que trasciende el interés familiar, privado, de que se haga justicia por lo que padeció mi hijo, quien salvó su vida por muy poco y quien hoy ni siquiera ha salido de su cuarto. Evidentemente, le quedarán secuelas que esperemos pueda superar lo más pronto posible y del mejor modo posible», narró Romero.

«Mi hijo fue golpeado, acusado erróneamente de ser un delincuente por quienes terminan obrando como tales, amenazado de recibir disparos, ser muerto y su cuerpo arrojado a una zanja, fue hurtado (le robaron su buzo y su gorrita, justamente aquellos elementos que sus agresores dieron por suficiente como para incriminarlo por la apariencia que le daba), le rompieron sus celular, intentaron secuestrar y lo intentaron matar atropellándolo con un cuatriciclo. Y luego le dieron 3500 pesos para que se sintiera recompensado y no hablara de la situación. Y yo amedrentado con que la denuncia no tendría efecto alguno pues tenían alguna especie de inmunidad diplomática», cuestiono.

Fuente : m24.com.uy

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