A technician checks bottles on a production line in the Silly brewery on April 28, 2021 in Silly. - Belgium's cafe terraces will not re-open to thirsty beer drinkers for another week, but the country's renowned brewers are all hands to the pump. Six months after the country went into a second coronavirus lockdown, proud bar owners and beer makers alike are keen to get back to business. (Photo by Kenzo TRIBOUILLARD / AFP)

“En Bélgica, que es un país avanzado en esto, ha logrado hacer acuerdos donde se redistribuyen las horas: tiene un sistema en el que trabajan de lunes a jueves 10 horas por día, y así completan las 40 horas semanales”, explicó el abogado Baroffio.

Reducir la jornada laboral en Uruguay. Ese es uno de los temas que quedó instalado desde el pasado 1º de mayo, cuando el Pit-Cnt puso esa posibilidad sobre la mesa, en el marco del acto por el Día de los Trabajadores. Hasta ahora ha habido diversas opiniones en quienes podrían tomar el guante y avanzar en ese sentido: Presidencia, el Ministerio de Trabajo, las bancadas parlamentarias de oficialismo y oposición, y las cámaras empresariales. Pero independientemente de ello, ¿cómo podría aplicarse una propuesta de este tipo en la realidad uruguaya?

Telemundo dialogó al respecto con Alberto Baroffio, abogado del estudio Ferrere Abogados y especialista en temas contenciosos laborales y de seguridad social.

Baroffio consideró que para poder reducir la jornada laboral “Uruguay tiene que trabajar en diferentes temáticas para poder lograrlo”. “Entiendo que tiene que ser vinculado a la productividad y flexibilidad específicamente en las normas de trabajo que tenemos actualmente, que son muy antiguas”, apuntó.

En esa línea, un escenario en el que por ley se decida reducir la jornada laboral de ocho a seis horas en todos los rubros y áreas sería, a juicio del abogado, “demasiado simplista” y “no lo que necesita Uruguay”. “Uruguay debería enfocarse desde las empresas hacia lo general. A nivel de empresas sí es posible trabajar en convenios de productividad que permitan lograr una reducción de la jornada semanal. De hecho, en Uruguay hay experiencias en ese sentido a nivel metalúrgico y también en la industria química. Pero lo que tienen en cuenta es cómo objetivar los objetivos que hay que producir en cada una de esas empresas”, agregó.

Por eso, entiende Baroffio, es clave el componente productividad. “Para mantener el equilibrio y que Uruguay sea competitivo necesita tener una productividad que se mantenga en los niveles actuales porque sino somos un país muy costoso con respecto a otros de la región”, dijo. Pero, ¿cómo se mide? “Uruguay mide la productividad a nivel de empresas, pero estamos con un amplio márgen para mejorarlo, especialmente en algunas empresas. En la industria es más medible, pero en el sector servicios y comercio hay pocos datos”, señaló.

“En el sector salud existe ya una reducción. En la construcción se ha logrado también una reducción de la jornada. En los sectores metalúrgicos y químicos hay empresas que están muy avanzadas en ese camino. Es más difícil en sectores de servicio y de comercio porque no es tan sencillo poder lograr esa medición o porque se necesita estar abierto al público”, ejemplificó.

En cualquier escenario, la propuesta que puso el Pit-Cnt sobre la mesa implica que la reducción horaria no conlleve una rebaja salarial. ¿Qué posibilidades existen de avanzar en ese sentido? “No es utópico bajar la cantidad de horas y que se mantenga el salario. Hay experiencias de los dos tipos en Uruguay. En la construcción se logró un acuerdo, pero fue con pérdida de salario. En otros sectores, teniendo en cuenta la productividad, no se perdió salario”, dijo Baroffio.

La experiencia de Bélgica

En diálogo con Telemundo, Baroffio señaló a la experiencia del sistema laboral de Bélgica como algo a analizar y tener en cuenta si se avanza en buscar mecanismos para reducir la jornada de trabajo en Uruguay. Allí, la clave ha sido la reducción, pero también la redistribución de horas de trabajo.

“En Bélgica, que es un país avanzado en esto, ha logrado hacer acuerdos donde se redistribuyen las horas: tiene un sistema en el que trabajan de lunes a jueves 10 horas por día, y así completan las 40 horas semanales”, explicó Baroffio.

Ese sistema, además, permite lo que se conoce como “compensación de horas de una semana con respecto a la otra”. “Eso permite compatibilizar la vida familiar con la vida laboral: por ejemplo, si uno es padre divorciado y tiene un hijo, puede trabajar 30 horas semanales la semana que está con su hijo, y en la semana siguiente compensarlo y trabajar 50 horas”, apuntó.

Consultado sobre la propuesta belga sería más viable que la de bajar la jornada laboral a seis horas, pero mantenerla de lunes a viernes, Baroffio respondió: el planteo de Bélgica “sería más viable desde el punto de vista económico de los costos, pero requeriría de reformas en la normativa uruguaya, que no permite actualmente la compensación de horas de trabajo de una semana a la otra”.

“En Bélgica tomaron esas medidas para promover el empleo y les dio resultado. Se buscaba incrementar el nivel de empleabilidad y se logró. Hay datos de que lo lograron”, detalló.

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