Alicia Ghione asegura que el “respaldo público” de algunas autoridades aumentó el temor de las denunciantes, que manifestaron que Penadés levantó a víctimas en la “explanada del Palacio Legislativo”
Nota de Observador Uy
07 de junio de 2023 a las 09:28
Casi una semana después de que el pedido de desafuero contra el senador Gustavo Penadés llegara a las manos de la vicepresidenta Beatriz Argimón, el documento fue entregado a los legisladores de la comisión de Constitución y Legislación que, en la tarde de este martes, aprobaron por unanimidad su pasaje al plenario.
En ese documento, al que accedió El Observador, la fiscal Alicia Ghione detalla, a partir de la declaración de los ocho denunciantes, el modus operandi del senador Gustavo Penadés, los lugares donde presuntamente levantaba menores de edad, la formas de contacto y, en algunos casos, detalles de los abusos.
Ghione argumenta en su solicitud de desafuero que “de las declaraciones de ocho víctimas surgen acciones del senador respecto de adolescentes, que indican la existencia de delitos de explotación sexual de menores de edad (…) es decir, como presunto explotador de la sexualidad de adolescentes, a cambio de dinero”.
En su pedido, también hace mención al presunto intermediario Sebastián Mauvezín, quien reclutaba adolescentes y los ponía en contacto con el senador para realizar actos sexuales.
De las ocho denuncias, hay siete que no prescribieron y, según el documento, “la mayoría de las víctimas” tenían entre 13 o 14 años en el momento del abuso y otros 15 o 16.
“En todos los casos, el acceso a las víctimas y al abuso sexual concreto, es desde una relación de poder de diferencia de edad, de situación económica, desde una hegemónica posición de explotador”, dice el documento.
Vulnerabilidad de las víctimas
Uno de los puntos en los que la fiscal hace hincapié a lo largo del documento entregado al Parlamento es el de la vulnerabilidad de las víctimas que “en la mayoría de los casos es muy elevado” no solo por las edades “sino por el contexto socioeconómico y familiar que presentan”.
“Las víctimas son o han sido de contextos sociales altamente vulnerables (…) situación que los llevó a caer en la explotación sexual del senador porque necesitaban dinero”, explica Ghione en su argumentación.
La fiscal señala que la diferencia económica, social, de edad y de estatus entre “el explotador y la víctima” es “otra forma de ocultar el delito y de captar víctimas inocentes”. “La presentación como autoridad del propio abusador sexual es sin duda una forma de callar y de silenciar a la víctima”, dice en otro pasaje.
La forma de proceder
El presunto explotador tuvo un modus operandi que se sostuvo a lo largo de los años y que comenzó incluso cuando él era un adolescente, según pudo recabar la fiscal basada en las declaraciones.
Las víctimas relatan que el ahora senador los levantaba en auto por distintos lugares públicos, como el Parque Batlle, la “zona de los jueguitos o frente al gusano loco” del Parque Rodó, a otros “en la explanada del Palacio Legislativo” y más recientemente en lugares como una esquina cualquiera o en plazas públicas alejadas de cámaras.
También reclutaba a víctimas en boliches “preferiblemente del ambiente gay” y en esos casos “el contacto supuestamente lo hacía Sebastián Mauvezín”, quien cobraba una ganancia u obtenía “otro tipo de beneficios por ese contacto”.
“La forma de lograr el contacto con los adolescentes variaba según los lugares y oportunidades. En algunas ocasiones se contactaba con adolescentes que simplemente estaban jugando a la pelota en la calle, o iban caminando, en otras lo hacía en el Parque Batlle donde hace unos diez años atrás era una zona conocida por la explotación sexual de menores de edad”, relata la fiscal.
Las víctimas mencionan a Penadés como una “persona asidua” a Parque Batlle de donde levantaba adolescentes con su auto y luego “los llevaba a diversos lugares, zonas oscuras de la ciudad u hoteles con la finalidad de realizar actos sexuales con los mismos a cambio de retribución de dinero”.
La fiscal también señala que se “reúnen similares formas de convencer a los adolescentes a que accedan a tener actos sexuales”. “En ocasiones con acciones violentas para obligar al sexo oral o a la penetración sexual, en especial si los encuentros eran en la solead del interior de un auto donde solo se encontraba el senador Penadés y su indefensa víctima varón adolescente en la oscuridad de alguna zona de Montevideo”, dice el escrito.
En algunos casos las víctimas aseguran que no recibieron el pago prometido, en otros que recibieron la mitad del dinero y en algunos casos señalan explícitamente haber dejado en claro que eran menores de edad.
Una de las víctimas declaró: «Le dije de arranque que era menor de edad y recuerdo que me dijo un chiste medio turbio… ‘si hay pelitos no hay delito'».
Incluso, la fiscal hace mención a un “caso ya antiguo” en el que la “víctima era apenas un niño en un cuadro de fútbol” que el propio Penadés organizaba cuando era “aún un adolescente” ya con su capacidad de liderazgo que “él mismo indicó tener”.
“Las declaraciones de las víctimas que han sufrido explotación sexual de Penadés a lo largo de los años, nos demuestra que hace muchos años el hoy senador realiza los mismos hechos sexuales respecto de adolescentes”, dice el documento.
Respaldo de autoridades
Uno de los elementos que, según la fiscal, “aumentó el temor de las víctimas” fue el respaldo público de algunas autoridades. Si bien la fiscal no menciona a nadie en particular, tanto el presidente, Luis Lacalle Pou, como el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, aseguraron inicialmente creerle a Penadés pese a las distintas denuncias presentadas.
La fiscal también señala “el silencio de otros representantes del pueblo en general” como otro elemento atemorizante.
Las víctimas, dice el documento, “se sienten desprotegidas y en riesgo; por ello la mayoría de ellas están silenciadas y desconfiadas del accionar de las autoridades”.
Causa Abierta