En la columna del viernes pasado, escribíamos sobre el golpe de estado fascista de hace 50 años en nuestro país, que no fue consecuencia del enfrentamiento armado entre la guerrilla y las fuerzas conjuntas, ni el producto de presuntos dos demonios que asolaron nuestro país, sin no que fue el resultado de la contraofensiva del imperialismo norteamericano con la participación de las oligarquías criollas, para frenar la acumulación de fuerzas por parte de todo nuestro pueblo.
Esta contraofensiva, ya se veía venir en la década del 60, sobre todo con el golpe de estado en Brasil (1964) y llevo a que en pleno proceso de conformación de la unidad de toda la clase trabajadora en nuestra central única (la CNT), los trabajadores organizados, definieran que, ante un posible golpe de estado de derecha, responderían con la huelga general en defensa de la democracia.
El 27 de junio de 1973, el Juan María Bordaberry disuelve el parlamento y da el golpe de estado, la respuesta no se hizo esperar, ese mismo 26 de junio de 1973, cuando ya se sabía que al otro día las botas de los militares, pisotearían la constitución y la democracia, la dirección de la CNT reunida en el local de la federación del Vidrio, instrumentaba la decisión de que ante un golpe de estado se desarrollaría la huelga general. Esta decisión fue un proceso de innumerables asambleas y congresos a lo largo y a lo ancho de todo el movimiento sindical, no fue un fenómeno espontáneo y su acatamiento masivo se debió al trabajo previo de preparación a nivel de miles y miles de trabajadores. Inclusive algunos sindicatos, desarrollaban prácticas para organizar la llegada a las fábricas en el menor tiempo posible y comunicar el inicio de la Huelga (en aquella época no había WhatsApp).
La huelga fue en todos sus términos heroica, los trabajadores ocuparon todos los lugares de trabajo, organizaron la solidaridad del pueblo, resistieron en sus lugares de trabajo, hicieron propaganda contra el golpe de estado y la dictadura y por sobre todo fue ejemplo en el mundo de defensa de la democracia por parte de los trabajadores y trabajadoras. Las Fuerzas Armadas desalojaban los lugares de trabajo y se volvían a ocupar con otros compañeros, rotando para evitar exponer demasiado a los huelguistas.
“¡Por salarios, libertades y soluciones! ¡Por la unión del pueblo uruguayo contra la rosca oligárquica! ¡A ocupar las fábricas, mantener el estado de asamblea, el alerta de todo movimiento sindical y el cumplimiento disciplinado de las decisiones de la CNT!”, fue el comunicado oficial que emitió la CNT, redactado por Gerardo Cuesta.
La dictadura fascista desato la más cruel represión contra la clase trabajadora, y en respuesta, la organización popular logró que el golpe naciera herido de muerte, sin base social. La respuesta de la CNT, escribió la gesta más heroica de los trabajadores contra una de las más sangrientas dictaduras que asoló Uruguay.
Téc. Univ. Gustavo Chiriff – PCU / Frente Amplio