Esta pretende ser una nota dirigida a la gente muy joven, que no vivió presencialmente el Uruguay con democrática separación de poderes, sin intervenciones directas o tangenciales del gobierno sobre la Fiscalía y la Justicia. Posiblemente los gurises de hoy lean poco, más allá de las redes y sobre todo las que se consultan con «un toque»; pero tengo la esperanza que aunque sea tangencialmete o «por tabla» les lleguen algunos conceptos.
Es muy triste que la gurisada de este tiempo crea que es natural que los gobiernos actúen como el de Lacalle Pou: presione a fiscales, denoste olímpicamente a quienes temen que se viole la separación republicana de poderes, y que todo valga para obtener objetivos políticos o económicos. Por lo dicho antes (que los jóvenes leen poco) esta nota será breve.
La lamentable actitud del ex presidente del Partido Nacional, con lenguaje ordinario, dejó en claro que presionó a los fiscales de más de un caso relacionado con su coletividad. No pueden los chiquilines tomarlo como algo natural, como cobrar penal si bajan a un delantero en el área rival. No es concebible que eso pase; es propio de las republiquetas, donde la democracia es una fachada, pero en verdad hay una dictadura de la ilegalidad.
Es triste que un presidente de la República acepte (o pida) información a un empleado (Astesiano) que debía cuidar su seguridad, pero no encargarse de perseguir la vida privada de un dirigente sindical (el presidente del PIT CNT). ¡Qué pobreza las declaraciones de Lacalle Pou a los periodistas, justificando que «todo se debe a una filtración»!
Antes no era así gurises… No debe ser de esta manera, la democracia es una forma de vivir la vida: con respeto por las personas, las normas y las instituciones. No se lo crean: no es democrático este comportamiento del gobierno nacional y su presidente. No debe tomarse como natural. Es una conducta perniciosa, que daña en el momento, y que siembra una forma de actuar , políticamente retorcida , y eso es lo peor; es como una siembra de semillas envenenadas de engaño y mentira.
Ojalá pueda nuestra población cambiar el rumbo que quieren imponerle los que se creen dueños del país. Se puede logar con la decisión de elegir una forma de gobierno leal a la gente, a toda la gente; que impulse los valores que permitan el desarrollo personal y colectivo equitativo.
Antes, hace menos de veinte años para atrás, el pueblo instaló en el país una estructura de esa naturaleza. Podemos volver a hacerlo. Depende sólo de nuestra voluntad.
Votar por la verdad y la transparencia es defender la democracia. No hay sistema de gobierno como ella.
Consideralo, gurí…
Ramón Fonticiella es Maestro, periodista, circunstancialmente y por decisión popular: edil, diputado, senador e intendente de Salto. Siempre militante
UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias