KALKANALTEATROSALTO
PROPUESTA 2024
“VISITAS”
Pavelesky / Battistutta / Sanchez
Gráfica y Vestuario: Ileana Mayer
Sábado 22 de Junio. 20Hs
Sala Teatral “El Anden”
Entradas $200. Anticipadas 099990927
Partiendo de la inquietud de trasladarse a los orígenes del hecho teatral, en la búsqueda, nos encontramos con su carácter ritual y con su característica de ser un lugar donde se relatan y se comparten historias.
CONSIDERACIONES
1- La palabra ritual tiene su origen del griego drômenon (de draomenon) que significa “una cosa hecha”, diferenciándose del término legomenon, que significa “una cosa dicha”, el cual hace referencia directa al mito. Cabe destacar que el término original draomenon comparte su raíz (dra) con la palabra drama, lo cual apunta también hacia una cierta afinidad lingüística entre ritual y teatro”.
La fusión del espectáculo mimético con lo religioso habría dado como resultado el ritual y, éste a su vez, se habría transformado en teatro. En los rituales, la mimesis dramática y la ceremonia religiosa conformarían una unión indiferenciada, complicado enlace que permitiría que la mimesis desarrollara un alto grado de elaboración que llevaría a conformar un arte tan complejo como es el teatro.
2- En los viejos tiempos los hombres contaban historias porque el presente les brindaba la oportunidad de contarlas.
Legamos a ponernos de acuerdo que si se abandonan los recuerdos a su suerte, es probable que también ellos nos abandonen poco a poco, aunque permanezcan aletargados en el silencio y la oscuridad, a la espera de que les demos una oportunidad.
Cuando se habla de contar historias nos referimos principalmente a relatos ocurridos en el pasado real o ficticio. Las antiguas narraciones de tradición oral y escrita comenzaban con la muletilla típica “Érase una vez” y la mayoría de las ficciones suelen estar escritas en tiempo pasado y contadas por una voz impersonal o en primera persona del singular por un sujeto que participó directamente de los sucesos narrados o que fue testigo ocular de los mismos.
Pasadas estas consideraciones empezamos a establecer relaciones, vínculos, conexiones con la vida del ser humano, con su tránsito, con sus encuentros y fue allí donde nos encontramos con los laberintos y su carácter simbólico.
La figura del laberinto deviene infinitamente cercana a esas metamorfosis que culminaban en el pasaje de la vida a la muerte y de la conservación de la vida en la muerte. El laberinto termina en un minotauro que es espejo, espejo de la muerte y del nacimiento, lugar profundo e inaccesible de todas las metamorfosis. Allí las diferencias se reúnen y reencuentran la identidad; el azar de la muerte y aquel del origen, compartidos en la delgada lámina del espejo, se encuentran colocados en el espacio virtual pero vertiginoso del doble.
Continuamos estableciendo conexiones: teatro, ritual, relatos, laberinto, origen, metamorfosis, vida.
Llegamos entonces a un concepto: El teatro no tiene nada que ver con los edificios, ni con textos, actores, estilos o formas. La esencia del teatro se halla en un misterio llamado por Peter Brook “el momento presente”.
“Actuar es un misterio, como también lo es el teatro. Nos reunimos en un espacio y dividimos éste en dos mitades, una de las cuales actúa historias para la otra. No conocemos sociedad alguna donde nunca sucedan estos ritos”
Declan Donnellan
Desde estos hallazgos fuimos haciendo el intento de un ordenamiento conceptual: El teatro es vida. Vida concentrada en un pequeño espacio y durante un corto periodo de tiempo. El teatro permite mirar la vida a través de un microscopio, por eso es tan revelador. La realidad en general se manifiesta diluida y el teatro lo que hace es condensarla para observarla con más detalle.
Y continuamos por acá: Toda la vida de un hombre depende de esa masa de carne de aspecto tan desagradable encerrada en una caja que llamamos cabeza. Todo está conectado con ese centro nervioso: lo más horrendo, lo más sublime, el gozo por la música, el impulso religioso… podemos hablar de un prodigio.
“Conducimos al público por el asombroso valle de la mente, a lo largo de un periplo sinuoso, porque todo valle tiene sus colinas y sus vaguadas, sus infiernos y sus paraísos” Peter Brook
Y seguimos: todas las criaturas tienen algo ahí. Ese horroroso trozo de carne controla cada aspecto del pensamiento, del movimiento… Todo está ahí. Es un mundo, un universo. En uno de sus libros, Oliver Sacks dijo: “La gente a la que se considera loca, vive las mismas aventuras épicas que los mitos griegos”.
Y llegamos a otro punto: El teatro es compartir algo que toda la gente puede sentir, que es la riqueza y los problemas que se materializan en la gente que sufre alguna dificultad.
El teatro es un cerebro compartido. Las personas, el público, la gente que actúa, los músicos, comparten la experiencia dentro de un espacio. Lo ideal para la concentración es un espacio cerrado. Pero no cualquier espacio cerrado, sino uno que da a todo el mundo esa sensación de estar dentro de un cerebro.
“El teatro es un cerebro compartido”
“El teatro nos permite sentir algo. Eso es el teatro, sentir algo”
Peter Brook
Como grupo vemos al teatro no como arte o cultura sino como un juego de encantamiento donde el participante asiste a ser inducido.
Nos interesa la hipnosis llevada a la representación como una invitación a jugar para evitando caer en lugares donde se direccione al participante desde conceptos culturales o mensajes morales.
El teatro para nosotros, es políticamente incorrecto, no buscamos dar principios y tenemos claro, desde nuestro punto de vista, que el teatro no es educativo.
Los orígenes del teatro están relacionados a un dios, en realidad un semi dios, Dionisio, quien está relacionado a lo mundano, es un dios cargado de vicios, es bastante problemático si se lo mira moralmente entonces, como grupo afirmamos que el teatro no se conecta a esa zona apolínea por su propio origen y de ahí nuestra visión.
En Kalkañal la realidad nos aburre bastante por ese motivo nos inventamos escapes de ese tiempo perpetuo, nos creamos aventuras que habilitan nuevas realidades saliéndonos del yo y entrando en la fantasía de alguien siendo esto menos tedioso y mucho más divertido.
Las preguntas grupales surgen de la siguiente afirmación de Charles Bukowski:
El área que divide el cerebro y el alma se ve afectada en muchos sentidos por la experiencia
Hay quienes pierden la mente por completo para ser alma: locos
Hay quienes pierden el alma por completo para ser mente: intelectuales
Hay quienes pierden ambos para ser: aceptados.
Las preguntas y las respuestas nos llevaron a viajar por las dudas y como la duda es lo que te enamora aterrizamos en lo siguiente:
La explicación científica estriba en que un abrazo sincero produce una hormona denominada oxitocina, conocida como la hormona del amor, que es un neurotransmisor que actúa en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro, fomentando sentimientos de alegría que reducen la ansiedad y el estrés.
La oxitocina se produce por la hipófisis y su secreción es regulada por las células del hipotálamo, una glándula hormonal (del volumen de un guisante) situada en el centro del cerebro, que controla y regula cada glándula y, a la vez, cada una de las funciones del organismo. El hipotálamo envía impulsos nerviosos al cerebro, que se propagan mediante un entramado de hormonas.
Cuando la oxitocina está presente en la sangre, se desencadena en el cerebro (concretamente, en la amígdala cerebral) una serie de reacciones favorecedoras para el comportamiento, que potencia las relaciones sociales y que podría estar directamente relacionada con el sentimiento de confianza y la generosidad en las personas. Esta hormona también se libera durante el parto y disminuye la percepción del dolor por el que la mujer tuvo que pasar y que ame profundamente a su hijo brindándole lo que necesita.
Así fue que de a poco nos fuimos acercando a lo que significo “VISITAS”, el encuentro con el OTRO, fomentando el sentido del tacto, ese gran olvidado en pos del resto de nuestros cinco sentidos, como la vista o el oído.
La visita como representación del ritual perdido, de la posibilidad de la pausa, del detener, escuchar dentro del estado de ocio.
Nuestra investigación nos llevó a lugares muy diversos, uno de ellos es el de los distintos factores que provocan la relación íntima en una visita llevada a la situación de representación donde se genera el fenómeno conocido como la “sympatheia”: el sentir del espectador con el actor y su entorno.
El planteo es un intento por desbaratar el sentido del tiempo del participante, involucrándolo en la ficción mediante el empleo de mecanismos de sugestión e induciéndolo a recepcionar las situaciones planteadas en una forma más vivencial.
Nuestra intención es que el disparador dramático, más allá de lo anecdótico, sea el punto de vista en que el participante es situado para enfrentarse a la experiencia. El participante desde su subjetividad se enfrenta a determinados acontecimientos que inevitablemente juzgará, pero que posteriormente al observar la situación más al detalle, dejará de ser subjetivo por un instante y se convertirá en “ser objetivo”.
Esto aparentemente, pues la intención es el engaño de la percepción y la reflexión sobre nuestras posiciones de juicio y morales, generando la duda de “lo real” ya que las lecturas suceden realmente pero manifestando lo incompleto que puede llegar a ser nuestro punto de vista respecto a lo espacial y fundamentalmente objetual.
Para cada una de nuestras propuestas y “Visitas” no es la excepción, consideramos que para para que una propuesta escénica esté viva siempre tiene que estar en contacto con la vida. No importa la trama, importa la vivencia.
“Visitas” es un juego en el que siempre se está diciendo a través del accionar escénico: “esto no es verdad, esto no está pasando”, pero en definitiva esta negación es lo que hace que el hecho teatral suceda, son dos fuerzas que se chocan, la realidad y la fantasía.
Hacemos hincapié en los puntos de vista, la subjetividad y la polisemia, es decir, la pluralidad de significados. Ése es el gran punto: cómo ve uno desde un lado según el accionar humano, cómo ve otro desde otro según los objetos y luego cómo se resignifican las cosas.
La intención al generarse la atmosfera de visita es provocar la sensación en los participantes de “ya te conozco, ya estuve en algún momento contigo”; los actores desdoblan en distintos roles, manipulador / personaje y desde esos lugares se relacionan. Tanto para unos como para otros (actores y participantes) el hecho de experimentar estos encuentros, genera cierta complicidad, cierto aire de festividad. Por eso buscamos que el participante llegue al espacio en “estado de familiaridad”, que venga a sentirse cuidado, protegido y sin una predisposición intelectual.
Para Kalkañal esta es la única realidad del teatro: que el actor esté ahí para comunicarle algo al participante / espectador, esa gran pasión por hacer algo, y para expresarle “yo estoy acá porque te quiero, y estás de “Visita”.
“Visitas” sucede en una fusión de espacios, un decidido cruce entre historias personales y representación teatral, donde el encuentro entre los implicados artísticamente no suspende la funcionalidad de las fronteras buscando oposiciones intermitentes y frágiles que se instalan y se desinstalan dentro de un juego sutil
Las intencionalidades van hacia la comunicación emocional materializada en fragmentos de destinos llevados al límite, con seres sobrevivientes de un mundo aparentemente en ruinas, al borde de la locura y de la muerte esperada o buscada.
Todo inmerso en medio de la locura reconocible con sus zonas oscuras, sus discapacidades, su desvalimiento, con seres que mantienen una sensibilidad intacta y su poder de conmovernos, en los límites entre la vida y la muerte.
Vidas atravesadas por un dolor en común, con voces que retumban en un eco compartido como una especie de ventana o puerta que representa una apertura al extrañamiento propio de un mundo onírico.
“Visitas” es como decir: “Yo no te puedo hablar de que esto es la realidad; esto es un juego, el tema es que nuestro juego es real”.
Fuente : Radio Libertadores