A las 7 horas de este martes la estación de Inumet en Paysandú ubicada en el Aeropuerto Chalkling registró la temperatura de 5 grados bajo cero, pero el dato más llamativo fue la sensación térmica: 10 grados bajo cero, que representó la menor temperatura en ese rango para el país. Si tomamos en cuenta que la mínima del día se verificó en Mercedes, con 6,3 grados bajo cero, el litoral uruguayo enfrentó en la víspera las mínimas temperaturas. Quienes deben desempeñar tareas al aire libre, como en la feria de calle Sarandí, jornales solidarios, o en la obra de remodelación de la Plaza Constitución, coincidieron en manifestar que este martes en especial debieron recurrir a una mayor cantidad de ropa, como es el caso de una feriante que manifestó que llevaba puesto dos calzas, un pantalón, tres buzos y una campera. O quienes previo a iniciar la jornada laboral “prendemos un fueguito para calentar el cuerpo”, acompañado por “algunos mates”, y otros con un café “bien caliente”, para salir luego a trabajar”.
PROMEDIO DE HELADAS
“El promedio de las heladas en el país son de 26 a 28 por invierno, aunque los últimos inviernos fueron menos heladas, que ni siquiera llegaron a 12, y en el año de la seca entre 1988 y 89 fueron 70”, recordó en diálogo con EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín. Entiende que el cambio climático genera que el período en que se registran las heladas “son cada vez más cortos. Es decir, que la fecha de la última helada es más temprano, y la primera más tardía”, dijo. Desde el punto de vista de las pasturas, “las heladas frenan notablemente el crecimiento”, explicó el técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA). Hasta ahí hay crecimiento de las especies estivales “y cuando caen las primeras heladas eso se detiene y pasan a depender exclusivamente del crecimiento invernal, lo cual es muy bajo”. Para el profesional sanducero, “la diferencia entre un año bueno y uno malo si bien puede ser del 100%, el 100% de nada es nada. Por lo que la diferencia entre un buen invierno y un mal invierno, como dicen los productores, se refiere al bienestar animal. Significa que un invierno en el que no ocurren muchos temporales el ganado se comporta muy bien; sin embargo en un temporal con mucho frío y viento, el ganado adulto puede llegar a perder 15 kilos”. De todas maneras, precisó que algunas especies “requieren de frío para florecer, como es la achicoria”.
CITRUS
En el sector citrícola, cuando las heladas son de semejante magnitud, los sistemas anti heladas que algunos emprendimientos poseen “es muy difícil que protejan la fruta, incluso pueden llegar a correr riesgos las plantas más jóvenes”, explicó un referente del sector. Acotó que lo más aconsejable “es mantener la humedad relativa y plantar en las zonas más altas del campo”. Normalmente cuando suceden estos eventos, “depende del momento en que la helada toma a la fruta en cuanto a la acidez. Lo importante es que permanezca poco tiempo en contacto con la fruta, pero es muy difícil de verlo. Hay que tomarse algunos días y esperar a ver si se manifiestan daños en los brotes primero, y después a nivel de fruta”, dijo. Además, hay variedades mucho más susceptibles que otras. “Y los predios con las plantaciones en zonas bajas van a sufrir más”, aclaró. “Hemos tenido heladas de menos 5 grados. Y en las zonas bajas se plantan variedades que se cosechan antes”, sintetizó.
LECHERÍA
Gerardo De Souza, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP), indicó a EL TELEGRAFO que “es más difícil para el animal enfrentar el estrés calórico que el frío, y por ende esta temperatura no le afecta”. Sí repercute en el crecimiento de las pasturas, “porque vemos que se ha negado mucho el desarrollo de las pasturas en estos días”. Además, agregó que “repercute en la operativa, porque debemos dar más reservas por la falta de calorías y mejorar la nutrición de la vaca”.
PASÓ LOS INVERNÁCULOS
Ayer se registraron varios casos de invernáculos que no lograron “parar” el frío y varias plantas, tanto en viveros de empresas forestales como en huertas de la zona del ejido de Paysandú, sufrieron importantes daños. Es el caso del vivero ubicado en la zona de Santana, a unos 15 kilómetros de Guichón, en donde la mínima registrada fue de 6 grados bajo cero, apreciándose el impacto en varias plantas ubicadas dentro del invernáculo. O también en huertas del ejido, en donde lo sembrado al aire libre se perdió en su totalidad prácticamente, y algunas plantas no lograron sobrevivir en invernáculos. Los más complicados fueron las lechugas y tomates, explicaron los productores.
Fuente : El Telégrafo