Los dos aviones Hércules que compró el gobierno llegaron a fines de 2020 procedentes de España y por diferentes circunstancias están «fuera de combate».

10 DE JULIO DE 2024 – 09:27

Los dos Hércules que compró el gobierno están en reparación

.Foto: Gastón Britos

El Ministerio de Defensa espera que en las próximas horas se pueda contar, al menos, con uno de los dos aviones Hércules KC 130 -H que operan en la Fuerza Aérea. Por distintas razones, ambos estuvieron fuera de servicio en las últimas semanas.

Un Hércules en Chile y el otro en Portugal

Uno de ellos sufrió un nuevo problema en uno de sus motores, y se encuentra varado en Chile. «No tengo información actualizada, pero no es el motor que se había arreglado, es otro», dijo en el Parlamento el ministro Armando Castaingdebat.

Por lo tanto, hubo que comprar un nuevo motor y llevarlo hacia Chile. Tuvo que hacerse por tierra ya que por sus dimensiones no entra en ninguna de las aeronaves que tiene Uruguay.

Este avión ya había sufrido una avería en otro motor en abril de este año, cuando intentó retornar desde Punta Arenas. Se espera que a corto plazo ese aparato esté operativo, aunque en breve habrá que hacerle un mantenimiento de rutina. 

En ese proceso es el que espera el otro Hércules, que desde diciembre del año pasado está en Portugal. «El proceso se ha visto retrasado no por culpa nuestra, sino por problemas de la empresa», dijo Castaingdebat. Según el ministro, esa firma había sido elegida ya que era la que efectuaba el servicio a los aparatos cuando operaban bajo bandera española. El jerarca sostuvo que esa firma atraviesa «problemas internos», y ha ido «corriendo las fechas de entrega», según los detalles elevados ante la Comisión de Defensa del Senado. 

Castaingdebat dijo esperar que el adjudicatario de la próxima licitación para el servicio de mantenimiento sea alguien «un poco más rápido». Al respecto, el ministerio maneja las opciones de dos o tres empresas en América del Sur.

Costaron 21 millones de euros

Los dos aviones Hércules llegaron a fines de 2020 procedentes de España. Su compra, por 21 millones de euros, generó una polémica a nivel política que, con intermitencias, sigue hasta hoy. La misión de estos aparatos pasa principalmente por el transporte de cargas, apoyo en inundaciones y emergencias sanitarias, búsqueda y rescate, y en las sucesivas campañas antárticas

Fuente : Caras y Caretas

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