El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil realizo un informe donde se confirma que los incendios en la Amazonía brasileña han alcanzado niveles históricos. En los primeros ocho meses de este año, la cantidad de incendios se ha duplicado en comparación con el mismo periodo del año anterior, estableciendo un récord en las últimas dos décadas. Los datos recogidos este año, hasta agosto, indican que se produjeron 37.835 incendios en la región. Esta cifra representa un incremento del 111 por ciento en comparación con 2023, mostrando la severidad de esta catástrofe. Solamente en la primera quincena de agosto los satélites detectaron 14.388 focos de calor en la Amazonía brasileña. Esta cifra excede más de la mitad del promedio mensual histórico de 26.218 en la región.
Los incendios forestales desatados en gran parte de la Amazonia, Paraguay y Bolivia, afectan al medio ambiente, la salud de las personas, la biodiversidad y las actividades de la población. Particularmente, nuestro país se ve afectado por el humo que avanza desde el norte hacia la región. El fuego ya ha devastado grandes áreas de la selva amazónica y están comenzando a afectar al Gran Chaco, en Argentina. Como consecuencia de ello, el humo llego a todo el territorio uruguayo, cambiando el color del cielo con un aspecto brumoso y grisáceo, y con un sol naranja o rojo. Otra consecuencia que se ha dado es la llamada “lluvia negra”, las partículas de humo de los incendios alcanzan la superficie por precipitaciones, generando que el agua de lluvia sea turbia.
Esto que estamos viviendo o como los problemas de sequía que sufrimos no muchos meses atrás, son alertas para políticas ambientales para un nuevo gobierno, donde los marcos culturales y las definiciones filosófico-políticas que asumimos tendrán en el centro a la vida y el ambiente en todas sus manifestaciones. Esto significa la construcción de sociedades que garanticen acceso al trabajo, la vivienda, la energía, las telecomunicaciones, al agua, los alimentos saludables, la salud, la educación, la protección y los cuidados, la cultura, la actividad física y la participación.
Desde un gobierno del Frente Amplio se impulsarán aquellas actividades y cadenas destinadas a la producción de alimentos, biotecnología, farmacéutica, o de transformación manufacturera,que permiten producir y distribuir riqueza a los distintos sectores sociales, cuidadosas del medio ambiente, económicamente sostenibles y que contribuyan al desarrollo territorial.
Concebimos el futuro en términos de desarrollo sostenible, entendido como un proceso socio-político basado en la distribución equitativa de los recursos entre todas las personas de la sociedad, promoviendo la participación y la expansión de sus capacidades, enfrentando las injusticias persistentes, velando por una relación armónica con la biodiversidad y el ambiente, preservándolo para las próximas generaciones.
Téc. Univ. Gustavo Chiriff / 1001 – Frente Amplio