Estimación de Voto – Balotaje 2024 Orsi (FA) VS Delgado (PN)
Serie 2024 de Intención de Voto en Balotaje – Orsi (FA) VS Delgado (PN)
Desglose de electorados – Según Firmeza del Voto
Desglose de electorados – Según Voto en 1ra Vuelta (Electorado Externo)
Desglose de electorados – Según Intención de voto al balotaje y voto en 1ra Vuelta
Análisis
A dos semanas de la segunda vuelta, Yamandú Orsi aventaja por 3 puntos a Álvaro Delgado. Aunque la actual predisposición del electorado “externo” continúa favoreciendo levemente al candidato del Frente Amplio, el escenario es altamente competitivo, existiendo una mejora de la fidelización del bloque coalicionista respecto a meses previos.
El próximo domingo 24 de noviembre, los uruguayos culminarán de elegir al próximo gobierno nacional, al optar entre las dos fórmulas presidenciales que culminaron en primer y segundo lugar en las elecciones de octubre. En la primera medición de Opción realizada a posteriori de dichas elecciones, se observa un leve predominio de Yamandú Orsi sobre Alvaro Delgado, con una diferencia algo superior a los 3 puntos porcentuales. La distancia se encuentra comprendida dentro del margen de error, pues el límite superior de la estimación de intención de voto por Delgado (47%) es mayor que el límite inferior de la estimación de votación por Orsi (46%). Además, la alta competitividad del escenario queda evidenciada por el hecho de que cualquier variación pequeña de las preferencias electorales cambiaría de modo significativo el escenario. Por ejemplo, un trasiego de votos de 1.5 puntos desde Orsi a Delgado convertiría el escenario en un empate. En cambio, si lo opuesto ocurriese la distancia se ampliaría a 6 puntos. El último aspecto que termina de configurar la alta incertidumbre del escenario actual es el porcentaje relevante de electores que aún mantiene dudas sobre su voto: hay un 7% del electorado total que votaría Orsi pero no está plenamente definido y otro 8% del electorado total que son votantes en duda hacia Delgado.
El liderazgo de Orsi sobre Delgado ha sido una constante a lo largo de todo el año, con excepción de la primera medición anual (febrero), que registraba un empate. Sin embargo, hay un acortamiento de la brecha entre los candidatos respecto al trimestre posterior a las elecciones internas. La causa fundamental de este acortamiento es la creciente fidelización del voto coalicionista hacia la fórmula del PN. En julio, un 67% de los colorados, cabildantes e independientes se inclinaba por Delgado en un eventual balotaje y un 22% lo hacía por Orsi. Actualmente, 82% del electorado de los socios coalicionistas del PN se volcaría por Delgado y un 12% lo haría por Orsi. ¿Seguirá este proceso de creciente fidelización del electorado coalicionista por parte de la fórmula del Partido Nacional? Esta es la principal pregunta de cara a la elección, dado que el electorado de los socios coalicionistas representa dos tercios del “electorado externo”, 20 puntos del electorado total. Por electorado externo nos referimos a quienes no votaron ni al FA ni al PN en 1ª vuelta; se trata del segmento en verdadera disputa para el balotaje, dado que la totalidad o casi totalidad de los blancos y frenteamplistas seguramente repetirán su voto en segunda vuelta (en nuestra medición de noviembre estos porcentajes superan el 98% en ambos partidos).
En el otro subsegmento central del electorado externo, compuesto por todos aquellos que votaron por partidos no alineados o que votaron en blanco o anulado (aproximadamente un 9% del electorado), hay una predisposición mayor hacia Orsi que hacia Delgado (38% a 24%). Esto significa una ventaja algo superior al punto porcentual para el candidato del FA en este nicho electoral. Por último, vale destacar que hay un tercer segmento de electores externos compuesto por quienes no votaron en octubre pero sí votarían en noviembre. Allí se encuentran algunos residentes en el exterior (no cubiertos por las encuestas de opinión pública y factiblemente inferior al 1% del padrón) y un conjunto de residentes en el país que no votaron en octubre pero sí lo harían en noviembre (que posiblemente no superen el 3% del padrón). Aunque es compleja la estimación del comportamiento final de este segmento (por ejemplo, los residentes en el país que no votaron en 1ª vuelta pero sí votarían en el balotaje son sólo 20 casos de la muestra encuestada), vale tomar nota de su existencia en un contexto de tal paridad.
El impacto del voto en primera vuelta sobre el voto en el balotaje también puede observarse al descomponer los respectivos porcentajes que votarían por cada candidato. Tomando como base la información de todos aquellos que reportan su voto de octubre, de los casi 49 puntos que votarían por Orsi, 43 provendrían de votantes al FA en primera vuelta, algo más de 2 puntos serían de votantes coalicionistas y casi 4 puntos provendrían de los votantes “no alineados” de octubre. En tanto, el 45% actual hacia Delgado se compone del siguiente modo: 26 puntos son votantes del PN en primera vuelta (recuérdese que el PN votó 27%), 17 puntos son electores hacia otros partidos de la CR y 2 puntos más son votantes no alineados. Finalmente, la mayor parte de quienes votarían en blanco o anulado son, esperablemente, electores que también sufragaron de este modo en primera vuelta. Como se observa, la razón principal por la que Orsi sostiene actualmente ventaja sobre Delgado es porque logra atraer 2 puntos desde filas de los votantes de la CR en octubre, lo que configura un doble efecto (quita a un bloque y suma al otro). Factiblemente, para igualar la situación, la fórmula de la CR debería mejorar aún más su nivel de fidelización del electorado colorado, cabildan te e independiente, reduciendo la “fuga” hacia el Frente Amplio a guarismos cercanos al 5%.
En suma, el Frente Amplio mantiene una leve ventaja en la disputa por la Presidencia de la República ante la Coalición Republicana pero la tendencia de los últimos dos meses ha sido de acortamiento en comparación al trimestre julio-setiembre. Este acortamiento se ha producido por una fidelización creciente del electorado coalicionista. Queda por observarse si este proceso de fidelización se profundizará, se estancará o se revertirá en el tramo final de la campaña.
Fuente : Opción Consultores