El futuro ministro de Trabajo dijo que espera con su gestión quitar el “miedo que agitan algunos sectores empleadores y dirigentes políticos”.
Por En perspectiva
La designación de Juan Castillo como futuro ministro de Trabajo fue una de las novedades más polémicas del gabinete anunciado el lunes 16 por Yamandú Orsi.
Dirigentes de la Coalición Republicana y representantes de cámaras empresariales cuestionaron que Castillo tenga la ecuanimidad necesaria para desempeñar ese cargo, debido a su larga trayectoria como sindicalista y su militancia política en el Partido Comunista donde hoy es secretario general.
Por otro lado, el propio Castillo había protagonizado discusiones dentro del Frente Amplio durante la campaña electoral. Por ejemplo, fueron muy comentadas sus discrepancias cuando se anunciaba que podría ser ministro de Economía Gabriel Oddone, con quien ahora deberá compartir tareas en el nuevo gobierno.
En conversación con En Perspectiva, Castillo afirmó que previo a su nombramiento, ya desde la campaña electoral hacia octubre, había «conversado» con Orsi en «varias oportunidades» sobre «la posibilidad» de ser «parte de un futuro equipo». «Nadie podía ni anunciar ni preanunciarlo, era parte de la tarea», amplió.
Con el presidente electo dijo que tienen «un conocimiento y un respeto” mutuo.
Sobre las objeciones a su cargo por la duda sobre su ecuanimidad dado que proviene del sindicalismo, Castillo contestó que “hace parte del debate político y de la discusión».
«Una fuerza política derrotada, perdedora, que se retira del gobierno, en vez de hacer una autocrítica y analizar las causas de la derrota, busca en el adversario político algunos defectos y críticas”, comentó sobre la coalición.
Luego dijo no poder entender qué llevó, por ejemplo, al expresidente Julio María Sanguinetti a hablar días atrás en declaraciones a la prensa sobre el posible conflicto de intereses que puede tener Castillo como dirigente sindical y titular de la cartera de Trabajo.
“Ni siquiera sé qué es lo que llevó al presidente Yamandú Orsi a designarme ministro, menos voy a saber qué es lo que puede estar pasando en la cabeza de un dirigente legendario, histórico como Sanguinetti, que no hace falta que diga que no comulga con mis ideas”, comenzó.
Sin embargo, planteó que la crítica tiene que ver con las diferencias ideológicas que ambos mantienen. «Él seguramente no reniega de ser colorado y yo jamás nunca renegaré de ser comunista. Por tanto, no tiene que estar a cada rato insistiendo con el cuco de que se viene un comunista y se viene el comunismo. Eso ya fue. Creo que tiene que buscar otras cuestiones para la confrontación política e ideológica porque yo no reniego de la carga ideológica que hay en todas las críticas que nos han realizado”, planteó.
De todas maneras, Castillo dijo que espera “estar a la altura de los acontecimientos y quitarle el miedo que están agitando hoy algunos sectores empleadores y algunos dirigentes políticos”.
Sobre esto último reclamó: “Declaran a la prensa lo que no me dicen cuando se cruzan conmigo todos los días en los pasillos del Palacio Legislativo”.
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Sobre su visita a la sede del Pit-Cnt el mismo día de la presentación oficial del gabinete por parte de Orsi afirmó: “Cada cual que lo interprete como quiera, porque los amigos me los elijo yo, yo fui a darle un abrazo a mis amigos”.
“Yo no fui a discutir política, no fui a rendir cuentas, no fui a pedirle cuentas a nadie. Fui a ver a las funcionarias y los funcionarios del Pit-Cnt, los pintores, los albañiles, los compañeros que están en organización. Había solo dos dirigentes en 22 personas con las que me reuní y eso forma parte de mi vida, son parte de mi amistad, ese es el entorno en el que me moví”, declaró.
En cuanto a su relación con las cámaras empresariales, contó que en la tarde de este lunes se reúne con estas. “Me llevo muy bien. Insisto: yo no podría asumir en un micrófono o salvaguardarme de estar en un medio de comunicación diciendo cosas que no se las digo a parlamentarios de otros partidos de distinta índole”, expresó.
Además, dijo que tuvo “buenos augurios por parte de los empresarios también”. “El primero que me llamó fue el señor Juan Salgado, empresario de Transporte, que me dijo: ‘Puede ser que no tengamos las mismas ideas, pero en el fondo si le va bien a uno les va bien a todos’. Y me parece que esa es una máxima que hay que colocar”, destacó.