El presidente del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, defendió este viernes el plebiscito de la seguridad social que impulsa la central sindical y respondió a los dichos del expresidente José Mujica, quien consideró que la reforma constitucional generaría “un caos” y que el tema de fondo debería resolverse por un “acuerdo nacional”. “Lo que estamos haciendo con el plebiscito es un enorme diálogo social con la población” para que “tres derechos humanos básicos queden consagrados”, dijo.

Cuando falta exactamente un mes para las elecciones nacionales de octubre, la campaña se tensa y pone quinta. Y es que cuando los uruguayos se enfrenten a las urnas el próximo 27 de octubre podrán elegir no solo a quién quieren ver en Diputados o en el Senado, o incluso como presidente y vicepresidente, sino también si están a favor o no de reformar la Constitución para cambiar normativas sobre la seguridad social y los allanamientos nocturnos.

En este marco, uno de los temas que más ha acaparado la agenda es el del plebiscito de la seguridad social, que propone tres cambios normativos en la Constitución: reinstalar la edad de jubilarse a los 60 años; equiparar la jubilación mínima al nivel del salario mínimo; y eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP).

Este jueves, el expresidente Mujica se sumó a las voces del Frente Amplio contrarias al plebiscito -un elenco coral que también integran los candidatos y dirigentes de la coalición-: señaló que la aprobación de la reforma generaría «un caos» y «un lío importante» en el país, y apuntó que el tema debería resolverse por una ley formulada a raíz de un “acuerdo nacional”.

En rueda de prensa, el presidente del Pit-Cnt afirmó este viernes que el actuar que ha demostrado Mujica durante su vida y los temas que pretende solucionar el plebiscito están alineados: “El expresidente Mujica es una persona reconocida a nivel internacional, naturalmente es muy querida en el país. A nosotros nos constan dos cuestiones: él ha tenido siempre una sensibilidad y una preocupación por los más humildes, y es una persona de diálogo y conversación. Y justamente, este plebiscito que impulsamos es estrictamente para los hogares más vulnerables y la gente más humilde”, dijo.

Y sobre las acusaciones de “caos”, Abdala afirmó estar “convencido que no se puede producir calamidad alguna porque un jubilado que gana $18.000 pase a $22.000”.

En tanto, agregó que no ha tenido “comunicación con Mujica” por este tema: “La opinión de Mujica es conocida, sabemos lo que piensan los distintos dirigentes políticos. Nuestra campaña es ciudadana, casi de contacto por abajo, en los barrios, de contacto con la gente”.

Con esto, el presidente de la central sindical afirmó que cuando se han dado otras reformas vinculadas al mundo del trabajo en Uruguay también se vaticinaron problemas que luego en los hechos no se dieron.

“Si uno mira la historia, el problema que está planteado con una campaña que se parece mucho más a generar terror y miedo en la gente que a sostener fundamentos sólidos, es que cada que el movimiento popular tuvo un avance, antes estuvo precedida por una campaña de miedo. Si uno estudia la historia, cuando Batlle y Ordóñez aprobó la ley de 8 horas, las grandes cámaras empresariales en la prensa del momento decían que iban a suceder todos los males. Más acá en el tiempo, cuando se vinculó el aumento jubilatorio al índice medio de salarios, también se dijo que iba a haber cualquier tipo de desastre. Cuando evitamos la privatización de las empresas públicas, que íbamos a quedar al margen de la globalización y del comercio internacional. Cuando se recrearon los Consejos de Salario en el 2005, se decía que iban a cerrar todas las empresas y que iba a detenerse la inversión; pero funcionaron y no pasó nada”, indicó.

“Le quiero decir a la población que discutamos fundamentos sólidos. ¿Está bien o está mal que la gente pueda reconstituir su derecho a jubilarse a los 60 años? Para mí está bien. ¿Está bien o está mal que haya del mismo modo que está definido en el Consejo de Salario que el salario mínimo por persona, aquella prestación por la que por debajo es inhumano estar, se plantee para las jubilaciones? Y la ley 20.130 estableció el ahorro de pesado, forzoso, en las AFAP: ¿está bien o está mal eliminar el lucro en la seguridad social?”, agregó.

Así las cosas, Abdala remarcó que los estudios con los que cuenta el Pit-Cnt demuestran que “hay espalda” para resolver los cambios económicos y financieros que traería la reforma. “Tiene que haber voluntad política. Hay mucha gente que se pone nerviosa por la eliminación de las AFAPs porque pasa a ser la plata de los trabajadores parte de la caja mediana del Estado, y tampoco probablemente muchos quieran avanzar en lo que es necesario en la sociedad. ¿Es justo que un gran empresario de los agronegocios aporte a la seguridad social un 1.9% y el asalariado rural un 15%? Para nosotros hay espalda suficiente como para sostener este derecho, por eso llamamos a la gente a votar el sí”, dijo.

Desde el punto de vista de Abdala, el plebiscito tiene el objetivo de “consagrar” en la Constitución “tres derechos humanos básicos”, cada uno vinculado a los ítems que pretende reformar la iniciativa.

“Esta forma de plebiscito es la única forma que los movimientos sociales tenemos para garantizar los derechos, porque hay un pequeño detalle: el planteo de resolver las cosas mediante un diálogo social, que nosotros acompañamos, parte de un hecho que hoy no está garantizado, y es que haya un gobierno del Frente. Los movimientos sociales no pueden esperar que haya tal o cual gobierno para presentar sus demandas. El único camino que nos quedaba era apuntar a una reforma constitucional donde estos tres derechos básicos queden consagrados”, dijo Abdala.

“Lo que estamos haciendo con el plebiscito es un enorme diálogo social con la población. Además, somos parte del directorio del BPS, donde hay una representación de los trabajadores. El diálogo social no es contradictorio con que la gente ubique estos tres derechos humanos en la Constitución. Nuestra reforma no es integral, son tres derechos humanos básicos. La reforma integral implica la financiación, que hay que pensar en un nuevo tipo; derechos; jubilación; discapacidad; sistema de cuidados: es una discusión mucho más profunda, y el movimiento sindical comparte el objetivo de apuntar a una reforma global e integral a partir del diálogo social”, agregó.

Fuente : Causa Abierta

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