El presidente y su comitiva se vieron rodeados de protestas de empleados estatales y tuvo un fuerte cruce con el presidente de COFE. “Que se vayan todos”, cantó la multitud.
Este 25 de agosto se realizó el tradicional acto por la celebración del 196° aniversario del Día de la Independencia en Piedra Alta, Florida, a donde el presidente Luis Lacalle Pou y su esposa, Lorena Ponce de León, llegaron en helicóptero, acompañados de otros jerarcas del gobierno.
Funcionarios de Salud y trabajadores afiliados a la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) se manifestaron contra el mandatario y su gobierno mientras se realizaban algunos actos simbólicos, como la entrega de una bombacha de campo por parte de niños residentes locales. Las personas que protestaban gritaron consignas por lo que entienden son políticas públicas que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Al llegar, el mandatario se acercó a uno de los grupos manifestantes que estaban encabezados por el presidente de COFE, Martín Pereira, y recibió una carta de su parte, pero no se fue sin intercambiar críticas. “Sabés que soy pierna hasta para llorar…. Pero hay cosas que no se dicen”, a lo que el funcionario replicó remarcando que él le ha hablado en todo momento con respeto. “Vos sí, pero alguno de atrás no, tratemos de no dar manija”, respondió Lacalle.
Un grupúsculo de antivacunas se hicieron presentes con pancartas que ahora aparecen inevitablemente en las fotos de todos los medios. Vuelven sobre sus consignas científicamente insostenibles de que las vacunas son herramientas para modificar el ADN de las personas y acusaron al presidente de “vende patria”. “Están en su derecho de manifestarse”, manifestó Lacalle Pou a la prensa luego de escucharlos, pero igualmente defendió las vacunas contra el COVID-19. Este pequeño grupo estaba liderado por Gustavo Salle Lorier, excandidato presidencial por el Partido Verde Animalista que ahora se llama Partido Identidad Soberana.
En un momento, cuando el presidente hablaba con algunos de sus seguidores, las protestas se volvieron un solo coro a viva voz, pero tanto él como Ponce de León permanecieron impávidos. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, cantaba la multitud con tambores y platillos, mientras algunos gritaban “¡Fuera, fuera!”.
El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, también fue blanco de críticas y abucheos. “Nos vendieron” y “vende patrias” fueron algunos de los calificativos que le gritaban algunas de las personas presentes. Otros fueron más allá y sobrepasaron los límites espetando insultos y comentarios mucho más violentos.