La «batalla de agua y papel», como se la conoce popularmente, marcó el cierre del último día hábil del año y la bienvenida anticipada al 2025.
Este martes, la Ciudad Vieja fue escenario de su ya clásica despedida de fin de año, donde funcionarios de oficinas públicas y vecinos se unieron para lanzar almanaques y baldes de agua desde las ventanas de los edificios.
La «batalla de agua y papel», como se la conoce popularmente, marcó el cierre del último día hábil del año y la bienvenida anticipada al 2025. La tradición, que mezcla humor y participación colectiva, sorprendió nuevamente a muchos transeúntes que se encontraron en medio de la escena.
Algunos, ya familiarizados con el evento, llevaron paraguas para protegerse de los baldazos de agua, mientras otros, desprevenidos, quedaron empapados en su paso por las veredas. Desde las ventanas, decenas de personas lanzaron hojas de almanaques viejos, creando una lluvia de papel que cubrió las calles.
Aunque inicialmente protagonizada por funcionarios de las oficinas públicas, la celebración también involucró a los residentes de la zona, que se sumaron al entusiasmo colectivo.