Javier Milei posa para una foto junto a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados de Argentina
Javier Milei llegó a Casa Rosada con una consigna: va a recortar por todo lado con una «motosierra» (metáfora que usó él mismo en su campaña) y, posiblemente, todos los sectores de la economía se verán afectados. La construcción de obra pública es una de las más importantes.
Varios de sus anuncios han generado incertidumbre y molestia en el sector de la construcción. Esta situación ha llevado a algunos actores del ámbito a proyectar un posible desplazamiento de las inversiones privadas hacia Uruguay. Analicemos cómo estas decisiones podrían afectar el panorama de la construcción y qué oportunidades se vislumbran en el horizonte.
Paralización de obras públicas en Argentina: ¿Cuál es el panorama?
El flamante presidente ultraderechista argentino ha comunicado la paralización de todas las obras públicas en ejecución, junto con la ausencia de nuevos gastos públicos destinados a proyectos de construcción. Esta postura, alineada con la campaña de Milei centrada en la reforma del Estado y el recorte del gasto público, ha generado inquietud en el sector de la construcción.
Jorge Garber, presidente de la Cámara Tucumana de la Construcción y referente del grupo de propietarios de la Torre Trump en Punta del Este, ha señalado la posibilidad de un corrimiento de las obras hacia el sector privado. A pesar de la expectativa en torno a los movimientos del nuevo gobierno, Garber anticipa un aumento de las inversiones argentinas en Uruguay.
La disminución de obras públicas en Argentina podría impulsar a las empresas a buscar nuevas oportunidades en el sector privado. Aunque el contexto actual argentino no favorece las inversiones privadas, empresarios de la construcción están explorando destinos como Punta del Este y Miami. Según Garber, estos son dos lugares preferidos por el empresariado argentino para invertir.
Garber destaca que construir en Argentina actualmente es más económico en dólares, costando aproximadamente un tercio de lo que implica hacerlo en Uruguay. Sin embargo, subraya la importancia de la seguridad jurídica, el entorno económico favorable y la disposición de clientes para pagar en dólares que ofrece Uruguay, elementos que faltan en el escenario actual argentino.
Ante la dificultad de implementar modalidades de financiamiento similares a las de Uruguay y Chile, como los proyectos de Participación Público Privada (PPP), Garber considera estos instrumentos inviables en la situación económica actual de Argentina. El sector privado argentino espera con cautela los anuncios del nuevo gobierno y, aunque la situación actual no garantiza un retorno seguro de la inversión, se muestra dispuesto a explorar nuevos mercados.
En este escenario de cambio en la política económica argentina, el sector de la construcción se enfrenta a desafíos pero también a oportunidades. La adaptabilidad y la búsqueda de nuevos horizontes se perfilan como estrategias clave para los empresarios argentinos en un contexto que demanda flexibilidad y visión hacia el futuro. El tiempo dirá cómo evoluciona la relación entre las decisiones políticas en Argentina y las inversiones en el sector de la construcción.
La Red 21