El titulo de la columna que ponemos a consideración de las y los lectores, es producto de una visión política que tenemos sobre el rol que debe cumplir el Estado.

La visión del Estado y el papel que desarrolla  y/o debería desarrollar, forma parte  de la ideología que tengamos. Para algunos el Estado debe limitarse a ciertos roles, muy puntuales  y para otros -donde nos incluimos- el Estado es fundamental para  la generación de espacios de inclusión, acompañamiento y posibilidades de superación.

 Aunque desde las visiones más conservadoras, se dan fuertes críticas al Estado y esto se escucha, ve o lee, en todo momento;  lo real  es que siempre desde todos los sectores sociales, cuando hay un problema, al primero que se recurre en la búsqueda de ayuda  es al  Estado.

Desde nuestro punto de vista político, el Estado es  concebido  como un grupo de instituciones que permiten el desarrollo de la sociedad, la economía, la cultura  etc. Considerando que éste tiene un rol fundamental en nuestras vidas, ya que, dependiendo de las decisiones que toman las instituciones que lo componen, surge el nivel de incidencia que pueda tener sobre las políticas públicas. 

Un ejemplo concreto de inversión o retracción, presencia o retiro del Estado, son las políticas sociales.  Cuando la presencia del Estado es con políticas de orientación y ayuda claras, el desarrollo del entramado social se fortalece; los espacios de trabajo inter-institucional pueden coordinar acciones directas y dar respuestas a requerimientos concretos. Así como la atención a los problemas que se presentan, evitando la vulnerabilidad social y generando oportunidades.

Por ello, es fundamental la concepción del Estado como herramienta de protección a la sociedad, de atención a los sectores más débiles y de ayuda para poder mejorar las condiciones de vida.

En esa línea es que durante los gobiernos del FA se pensó al MIDES y se desarrolló una red de coordinación entre distintos organismos que podía moverse rápidamente.

Hoy la realidad es otra. El Estado retraído del territorio deja espacios que afectan a la sociedad y que excluyen a sectores de la población. Es necesario retomar el camino de la presencia del Estado, para que nadie quede por el camino.

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