En estas notas hemos venido reiterando-reafirmando-dos conceptos que, para nosotros, están claramente relacionados: 1) La necesidad para el mejor futuro del Uruguay de un cuarto gobierno del Frente Amplio (FA) sumado a la convicción que las condiciones están dadas para que así sea a partir del 1° de Marzo del 2025. 2) Este nuevo gobierno frenteamplista debe hacer un énfasis especial en el desarrollo del Interior del país.
La historia de la izquierda en Uruguay nos muestra su nacimiento principalmente a partir de la ciudad, fundamentalmente nuestra capital. Esto está ligado a las luchas de obreros y trabajadores, sus esfuerzos por organizar los primeros sindicatos pero también a la necesidad de colocar una perspectiva que supere las luchas estrictamente reivindicativas. También tiene que ver con los aportes de sectores de la intelectualidad y la cultura que mostraron siempre una sensibilidad ligada a valores que tienen que ver con la justicia social, el progreso y a la confianza que la humanidad puede construir una sociedad que lo posibilite.
En un país como el nuestro, con un desarrollo tan ligado en principio a su ciudad-puerto-capital, las concentraciones obreras y el desarrollo de su cultura y su intelectualidad tuvieron un fuerte componente citadino. Por tanto parece muy “natural” que la historia de nuestra izquierda haya sido así. Pero deseos de justicia, igualdad y una vida mejor aparecen también “naturalmente” en todo lugar donde haya existencia humana. Entonces izquierda y lucha asoman también en la historia de todos nuestros “pueblos”, pequeñas ciudades y allí donde hubiera trabajadores y trabajadores en condiciones de extrema explotación. Pero las condiciones para dar estas luchas y difundir las ideas de izquierda siempre fue infinitamente más difícil en lo que se llama “el interior” de nuestro país.
Sabido es que la izquierda unida y organizada en el FA obtuvo primero el gobierno departamental en Montevideo, luego el gobierno nacional y varios departamentales. Pero es obvio que su mayor fortaleza y donde parece ser muy difícil sea desplazada es en la llamada zona metropolitana. Pero no es un dato menor el hecho que en las elecciones nacionales del 2014 el FA fue primera fuerza en 14 departamentos.
El FA, por su vocación humanista, de igualdad, de justicia social, de inclusión, de avance en derechos políticos y sociales, está llamado a conducir un proceso donde todo esto se efectivice a lo largo y ancho del país, sin zonas relegadas y donde valga la pena vivir en cualquier rinconcito de nuestro país.
Para lograr esto tendremos que superar, como izquierda, muchos prejuicios, saltar barreras culturales profundamente arraigadas, confiar en las capacidades de nuestra gente, impulsar sin miedo su protagonismo real “desde el Cerro a Bella Unión” (y desde Salto a Rocha y desde Colonia a Rivera).
Entonces, un cuarto gobierno del FA con más políticas descentralizadas y con más protagonismo de las diferentes regiones y de su gente. Con más proyectos que nazcan en un pueblo o un barrio, con más” cuadros de gobierno” involucrados con esas distintas realidades. Pero nada de esto para fomentar el enfrentamiento “capital-interior” que a nada conduce, sino para darnos a todos la posibilidad de una mirada más global, más integradora, que nos permita crecer con la satisfacción y el orgullo que no dejamos a nadie atrás.
En el Uruguay, solo un gobierno del Frente Amplio puede conducir un proceso de esta naturaleza.
Daniel Dalmao.