El Uruguay es un hermoso país por varios motivos. Lo es por su territorio, por su gente, por su historia, por sus señas de identidad que tienen raíces en el “artiguismo” y su desvelo por la “felicidad pública” y  también en los principios varelianos de nuestra educación pública democratizadora e igualitaria.

Esto acrecienta la responsabilidad de los frenteamplistas a la hora de presentar propuestas en el marco de ese “proyecto de país” al futuro, confrontado y opuesto al de la derecha. De ahí la centralidad que tiene para el Frente Amplio (FA) su programa. También el hecho de  que este programa  sea único para toda la fuerza política  y la forma en que se  lo construye, marca una línea divisoria con el otro proyecto.

Asumiendo esa responsabilidad,  con la convicción que las mejores causas se militan y tratando de aportar en la necesaria apropiación de las propuestas  del FA por parte de la mayoría de nuestro pueblo, seguiremos tratando aquí  el eje 6 de las bases programáticas, “Un país integrado: La riqueza de la diversidad territorial”.

Bajo el subtítulo “Transformación productiva y ambiente” encontramos el siguiente enunciado:  “En la perspectiva de un país integrado, que construye su nuevo proyecto territorial, se impulsará una transformación productiva, fomentando sistemas de producción que incorporen las políticas de transición ecológica justa en todas las escalas territoriales y tipos de producción” (1). En las “acciones prioritarias” vemos afirmaciones del tipo: “Estudiar y regular las cadenas de valor…fortaleciendo centros de desarrollo micro regional”/”Profundizar el desarrollo de polos científico-tecnológicos”/”…promoción de buenas prácticas ambientales con el objetivo de desarrollar estrategias orientadas al análisis, reflexión y acciones colectivas sobre el deterioro ambiental…”/ (2).

En cuanto al “Rol del Estado en el proceso de desarrollo territorial y profundización de la descentralización”, el compromiso con que: “A la hora de pensar las políticas públicas nacionales, departamentales y municipales, es clave la participación ciudadana a través de sus organizaciones sociales desde el inicio” (3).

En la concepción frenteamplista son clave los conceptos de “Descentralización, participación y protagonismo ciudadano”, por eso: “Concebimos las políticas de descentralización con participación como un elemento central de la estrategia de desarrollo que el Uruguay debe llevar adelante”. Entonces el compromiso de retomar “la construcción progresiva de un modelo de descentralización donde la transferencia de poder a la ciudadanía a través de diversos procesos de participación sea el pilar para avanzar en el desarrollo local y generar bienestar en los distintos rincones del país” (4).

La ley de “Descentralización y participación ciudadana” votada al final del primer gobierno del FA introdujo cambios fundamentales en las formas de gobierno creando los Municipios, delineando sus competencias en complementación con las de las Intendencias, su naturaleza ejecutiva a la vez que su carácter colectivo (Se designa un Alcalde, pero el Municipio es un consejo integrado por 5 miembros que toma las decisiones colectivamente). Estas modificaciones  en cuanto a los distintos niveles  de gobierno  llegaron para quedarse. Hoy solo podemos imaginarnos profundizar este camino porque: “La participación ciudadana es un derecho humano fundamental…siempre es política, es para lograr cambios, la participación es sentirse parte de una comunidad o un proyecto, pero también es participar en la toma de decisiones” (5)

Además de la necesaria profundización en estos aspectos creemos que, un cuarto gobierno del FA debe asegurar que sus medidas tengan concreción en cada lugar del territorio y en diálogo constante con los que allí viven. Por eso propusimos y así quedó incorporado al Programa, el tener en cuenta  que: “Cuando hablamos de descentralización debemos también incluir la necesaria descentralización de las políticas del gobierno nacional aplicadas a las diferentes regiones” (6). Para nosotros esto deberá verse reflejado en el impulso de proyectos productivos y de desarrollo regional partiendo de sus realidades y potencialidades. Ello implica organismos de gobierno con presencia en el territorio y con capacidad de decisión primaria en el marco de una planificación general. Al frente de esta presencia territorial de los organismos estatales ejecutivos nos imaginamos, no debería ser de otra manera, funcionarios consustanciados y conocedores de esas realidades.

Continuaremos  “reflexionando” sobre estos aspectos del programa FA  en una próxima nota porque, como estamos convencidos de la necesidad de un próximo gobierno frenteamplista nos parece importante su difusión, para que la mayoría de las uruguayas y de los uruguayos se lo  puedan apropiar y por tanto defender luego en su aplicación.

Daniel Dalmao

Las notas son tomadas todas de las “Bases Programáticas FA 2025-2030. (1) y (2) pg 100. (3) y (4) pg 103. (5) pg 104. (6) pg 103.

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