Por razones que no es del caso analizar, mi madre siempre decía que hay que tener algo nuevo para empezar el año; por eso sus sencillos regalos a los mayores eran para “estrenar con el Año”. Creo que es una linda costumbre, por lo menos no importada de países llenos de nieve, mientras nos derretimos aquí con más de 35 grados…

Esa costumbre me hace celebrar que empezaremos 2022 con algo nuevo en el campo político frenteamplista, posiblemente propio de una fuerza que es diferente y cuya historia tiene apenas 50 fecundos años. Pomposa y esperanzadamente, el Frente estrenará un núcleo que puede denominarse «Grupo de los ex intendentes». No es formal ni orgánico, no es un sector ni una alianza, pero seguramente será mucho más que un conjunto de amigos con ganas de fogonear con convicción la acción frenteamplista. Ojalá se transforme en herramientas política.

La espontaneidad y la ausencia de intereses personales y sectoriales, lo han hecho nacer puro. Nadie tiene en su seno otro objetivo que fortalecer, consolidar y dinamizar a la fuerza política que en quince años de gobierno cambió el país. Las mujeres y nombres que empezamos a conversar en su interior, sólo queremos aportar a la mejor vida de la gente del Uruguay. Todas y  todos tenemos mucho para dejar, fruto de la experiencia vivida, de los errores cometidos, de los aciertos de los colectivos que integramos, de los desafíos cumplidos o frustrados, pero fundamentalmente de la convicción y entrega que nos nutren.

Los ex intendentes hemos garantizado cara a cara a los actuales, nuestro apoyo a su accionar guiado por la mística frenteamplista. Más allá de que el paso del tiempo cambie los escenarios y modifique los caminos, no varía los objetivos. Personalmente comparto el lema el Frente elaborado antes de las elecciones de 2019: «Mismos principios, nuevos sueños». Esta apelación asegura que la utopía del Frente Amplio sigue vigente, que puede haber variantes en las visiones de cómo recorrer el camino, pero sin abdicar de ella. Por eso la presencia y acción de quienes han acumulado experiencias puede en algún momento ser útil para los actuales constructores, entre quienes los  «ex oficiales» ofrecemos ocupar un lugar de «peones de mano de obra benévola» en la elaboración de tácticas y acciones.

Después de la serena, fervorosa y pensante reunión inicial de La Paloma, me ha quedado claro que es responsable dar una mano en la obra. Todas las intendentas e intendentes que ejercimos la responsabilidad de administrar departamentos, queremos espontáneamente sumarnos a la tarea de reconquistar el gobierno, trabajando con la población, para iniciar la reconstrucción de un país mejor para todos los uruguayos.

Es una forma práctica de construir felicidad.

Ramón Fonticiella

UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias

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