Salteño Furioso

Siempre viví en Salto, siempre la estuve luchando por estas tierras y pertenezco al grupo cada vez más grande de salteños indignados y no puedo hacer más que unirme a su voz de hartazgo y descontento ante la vergonzosa situación que representan Carlos Albisu y Germán Coutinho.

¿Quiénes se creen estos individuos para intentar liderar algo después de sus desastres políticos y administrativos?
Comencemos con Albisu, el «histórico renunciante» de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), ¡un líder impecable, sin duda!

Bravo por abandonar el barco cuando las acusaciones de acomodos y privilegios empezaron a asomar. Ahora, como no podía ser de otra manera, arrancó con el sueño delirante de ser intendente de Salto,

¿en serio, Albisu? Ya te dimos una oportunidad y la malgastaste.

¿Gestión mejor que la de Lima? Por favor, parece que tu delirio es tan grande como tu falta de vergüenza.
Y no olvidemos la jugada maestra de Albisu durante la pandemia: acomodar a sus ediles y amigotes en la CTM y pedir partidas para tapar los agujeros, mientras el resto de los salteños se hundían en la crisis y comían salteado como caballo de ajedrez.

La dignidad que Aparicio Saravia reclamaba debe estar revolcándose por las patas de estos personajes ante semejante espectáculo. El propio parlamento, en una acción histórica, por unanimidad, les dijo a tus ediles que se fueran y renunciaran a la CTM o a la política.

La mayoría eligió renunciar a sus cargos de ediles. Quedó demostrado que eran una banda de oportunistas que se metieron en política para currar. Se pasaron el Parlamento por el traste, como si nada hubiera ocurrido.

¿Y tú, Albisu, qué liderazgo es ese que ni siquiera puede mantener el respeto de su propio partido? Llevate a los clavos que nos dejaste. Hacete cargo. No nos vengas con cuentitos ahora.
Pero la historia de desastres no termina ahí.

Las denuncias siguen surgiendo, y la CTM de Salto Grande parece ser el epicentro de la corrupción y el despilfarro. Gastos millonarios en sueldos para aquellos con vínculos políticos con Albisu y el senador colorado Germán Coutinho. Funcionarios administrativos, profesionales, y hasta renuncias por presiones políticas, ¡qué ejemplos de transparencia!


Y claro, no olvidemos a la edila Florencia Supparo, aferrada a su cargo con uñas y dientes como una garrapata. Una mujer que tiene un buen pasar y no es ninguna necesitada económicamente. Sueldos exorbitantes para ser guardias de seguridad, mientras el resto de la población lucha por sobrevivir. 800 mil dólares por una prejubilación a Carlos Gelpi.

¡Vergonzoso!

¿Vos sabes cuantas familias pueden comer con esa guita Albisu?

¿Tenés idea a cuantos niños se le puede llevar una tasa de leche?
Salteños, recordemos estas afrentas en las próximas elecciones.

No permitamos que Albisu y Coutinho sigan hundiendo a Salto en la miseria para enriquecer y acomodar amigotes. ¡Basta de políticos que solo buscan su propio beneficio y el de sus alcahuetes!

Es hora de darles un puntapié en las asentaderas y enviarlos al olvido político para siempre.

Salto merece líderes comprometidos y honestos, no charlatanes y chantas.

¡Que sepan que su tiempo ha llegado a su fin!

He dicho.

Fuente : Cronicas del Este

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