Uno de cada cuatro niños recibió mensajes con contenido sexual por internet, según datos de Kids Online Uruguay para Unicef. A fines de agosto, un hombre fue condenado por acosar sexualmente a niñas y adolescentes mediante las redes sociales, haciéndose pasar por un menor. Según informó la Fiscalía, esta persona se creaba perfiles falsos y realizaba la maniobra a través de ellos.

Pablo Pagés es jefe del Departamento Ciudadanía y Bienestar Digital de Ceibal y habló con Subrayado sobre el «grooming», que es el delito de acoso sexual a menores por parte de un adulto a través de internet.

«Tiene algunas fases que se van cumpliendo. Primero el adulto genera un perfil falso en una red social, asume una identidad que no es la propia, y empieza a generar o tratar de establecer un contacto de confianza con un menor», explicó Pagés. Los perfiles falsos suelen tomar la identidad de personas más jóvenes que el acosador pero mayores que las posibles víctimas.

El tercer momento busca generar la confianza, «un ida y vuelta con un par que es el normal de socialización en redes sociales, y un cuarto momento es en el que el contacto, a partir de esa confianza, empieza a tener connotación sexual».

En ese sentido, el acosador puede solicitar fotos de índole sexual a las víctimas.

«Las redes sociales no están diseñadas con seguridad por defecto. Las redes sociales no están hechas para menores infantes y la seguridad que cuentan, por defecto cuando uno se hace una cuenta, abre los datos», señaló el experto.

Además, puede ocurrir dentro de los videojuegos, debido a que se pueden utilizar en línea y tienen sus propios chats y redes. «Es otro espacio para generar alerta o estar mirando y escuchando por donde transitan los menores en la parte más del gaming», aclaró.

El experto también habló sobre las señales a las que pueden estar alerta las familias de infancias y adolescencias.

La primera, sostuvo, son los cambios en la conducta del menor. «Si antes había un uso más libre del dispositivo digital y en un momento pasa a ser privado o hay acciones de ‘no me mires la cuenta’, ‘no mires con quien estoy’, son primeros indicios».

Luego pueden verse cambios en la apariencia «de querer estar mejor para ese contacto con lo digital» y «después puede pasar una retracción de ese menor y la red de detección tiene que estar alerta por referentes familiares y también los referentes educativos», agregó.

Además, se refirió a los factores de riesgo y mencionó a infancias «que no participen de espacios abiertos al diálogo, donde se pueda problematizar sobre cómo transitan las infancias y las adolescencias este encuentro con lo digital o el vínculo con lo digital. La responsabilidad va por el grupo de pares y por el núcleo de adultos con el que se vincula».

Pagés llamó a «abrir los diálogos, sacar la pena, la culpa detrás de si algo sucede. Porque muchas veces son vergonzantes estos hechos. Y los niños, adolescentes se retraen porque han perdido la confianza de poder compartir algo malo que le sucede».

El caso de Dolores

Un hombre de fue condenado tras un juicio oral y deberá cumplir cinco años y cuatro meses de cárcel por un caso de grooming. Las víctimas son al menos 12 niñas de entre 8 y 13 años, con las que el condenado intentó que enviaran material de contenido sexual.

«Llama la atención por la magnitud, pero varios fiscales me han reportado que han notado un incremento de estos casos en los últimos tiempos con el uso de las nuevas tecnologías», afirmó el director de Comunicación de Fiscalía, Javier Benech.

Benech recomendó a las familias a estar «cerca» de los menores. «Es importante que como adultos responsables estén al tanto de qué redes sociales utilizan sus hijos y si se constata una situación de este tipo, lo que los especialistas hacen mucho énfasis en no borrar el material. A veces estas situaciones producen mucha vergüenza en el entorno familiar, de los propios niños y sus padres, pero es importante que se preserve la evidencia que va a ser muy relevante a la hora de investigar estos casos», remarcó.

Fuente : Causa Abierta

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