A primeras horas de la tarde del martes 30 de julio, nos enteramos de una noticia que nos dejó atentos. En el batallón 14, donde se encontraron los restos de Julio Castro, Ricardo Blanco y Amelia Sanjurjo, se han hallado más restos óseos.

El reencuentro con los restos de un o una compatriota, que habrá que identificar, es el encuentro con la Verdad y la Memoria, sostenido gracias a la lucha incansable de madres, familiares, compañeros y compañeras que nunca claudicaron en la búsqueda de aquellos a quienes se les quitó el derecho a la vida. Desde la reapertura democrática hasta la fecha, han transcurrido treinta y nueve años, y cada día que pasa la búsqueda de los y las desaparecidas continúa. Hay necesidad de saber dónde están y hay necesidad de Justicia.

No se puede avanzar como sociedad teniendo heridas que no han sanado: no se puede pensar en el desarrollo de un pueblo que no sabe dónde están algunos de sus miembros. Para construir una senda de profundización de la democracia hay que saber la Verdad.

Durante el transcurso de todo este tiempo se han escuchado discursos y posturas ideológicas que negaban estos hechos. Hoy, la vida misma nos demuestra que estábamos en el camino correcto, que la búsqueda tenaz del pueblo permitió ir encontrándolos.

Hay que continuar el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Memoria, para que ¡nunca más pasen estas cosas!

Verdad, para avanzar.

Justicia, para que quienes estuvieron implicados sean juzgados.

¡La tierra volvió a hablar!

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