Confirmado Ronald Koeman en el banco antes del partido (veremos hasta cuándo), el Barça pecó de los mismos síntomas de flaqueza que viene mostandro las últimas semanas en Madrid. Fue inferior a un Atlético que no tuvo problemas en regalar el balón a su rival y esperar sus oportunidades. Que llegaron a borbotones. Al cuadro azulgrana le costó horrores generar peligro y proponer y fue víctima de unos desajustes defensivos que dejaron en evidencia especialmente la figura de Piqué, que no pasa por su mejor momento. 2-0 sin paliativos y al parón con unas sensaciones muy poco halagüeñas.

Por Sergi Capdevila

Con apenas un puñado de butacas libres en todo el estadio, los instantes previos al arranque del partido han sido una deliciosa oda al fútbol prepandemia. Ambientazo tremendo en un Metropolitano con una acústica especial y que por primera vez en más de año y medio ha podido presentar el máximo de su capacidad. Himno a ‘capella’, ‘Thunderstruck’ de AC/DC y pitido inicial por un César Soto Grado que había sido el invitado de última hora tras la lesión de su colega Martínez Munuera.

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