El Mides asegura que mejora la presencia del ministerio en el territorio, pero los funcionarios denuncian que se precarizan vínculos laborales y se recortan horas efectivas.

El Socat El Tejano, que trabaja en el Centro Cívico Tres Ombúes, es uno de los que se cerraría. Foto: Facebook / Socat El Tejano

El Servicio de Orientación, Consulta y Articulación Familiar (Socat) es un dispositivo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que apunta a “impulsar el desarrollo comunitario y la activación de redes de protección local a través de la participación de vecinos e instituciones públicas y privadas, que tienen en común el hecho de trabajar o vivir en el mismo territorio”, según explica el mismo organismo en sus fundamentos.

Adicionalmente, el Socat pretende desde su fundación en 2005 “ser un espacio de orientación a la población para la apropiación de los recursos existentes, de cara a garantizar el acceso a sus derechos como ciudadanos y ciudadanas”. Eso incluye asesoría y ayuda en temas como violencia de género, desvinculación de estudiantes del sistema educativo, empleo y vivienda digna, entre otros asuntos.

Ofrece servicios de orientación, información y asesoramiento sobre servicios, recursos y políticas sociales en Montevideo, Artigas, Canelones, Cerro Largo, Colonia, Durazno, Flores, Florida, Lavalleja, Maldonado, Paysandú, Río Negro, Rivera, Rocha, Salto, San José, Soriano, Tacuarembó, Treinta y Tres.

Según publica el semanario Búsqueda este jueves, la última licitación fue en 2019 para 72 centros Socat, y siguen vigentes unos 60. Hay algunos pagos atrasados y está en proceso la firma de una prórroga para que las organizaciones civiles y cooperativas sigan trabajando al menos hasta noviembre. Sin embargo, ya ha sido ordenado que los Socat dejen de funcionar al terminar el año 2021.

En sustitución a esto, el Mides abrió un llamado de contratación de 100 técnicos que trabajen bajo la modalidad unipersonal, al cual se presentaron unos 5.000 postulantes que están siendo analizados para su selección. En conversaciones con el rotativo, Lucía Carreras, Camilo Zino y Gonzalo Méndez, trabajadores del Socat, contaron que ellos son articuladores entre el ciudadano o ciudadana y el Estado, ayudando a que las quejas o denuncias se conviertan en demandas concretas y tangibles.

Zino ve el cierre de los Socat y el cambio a la modalidad de unipersonales como algo negativo porque trabajarán mucho menos horas en el territorio. “¿Cómo se puede tener un mayor despliegue territorial con menos horas de trabajo y menos presupuesto?”, se preguntó esta funcionaria del Socat de Malvín Norte.

El Sindicato Único de Trabajadores de Instituciones Gremiales y Afines (Sutiga), al cual están afiliados los funcionarios del Socat, también está preocupado por el impacto de este cambio de modalidad. Según dicen, se van a perder unas 1.680 horas semanales de trabajo técnico de campo ya que, por ejemplo, en 2019 se habían licitado 72 centros Socat que promedian unas 65 horas semanales, mientras que el nuevo llamado a unipersonales promediaría unas 30 horas.

También remarcan que habría una reducción presupuestal de $2.968.166 mensuales, recortando las posibilidades económicas del sistema.

Por su parte, el director nacional de Gestión Territorial del Mides, Alejandro Sciarra, aseveró que el cambio en realidad triplicaría la cantidad de horas porque los convenios vigentes con organizaciones civiles y cooperativas prevén apenas 10 horas semanales de atención ciudadana. Este número contradice lo dicho por el Sindicato.

Sciarra también cree que trabajar por medio de organizaciones y cooperativas implican “debilidad institucional” porque estas entidades terceras, en muchos casos, tiene “sus propias estrategias y modelos de intervención”, que no necesariamente coinciden con las del ministerio.

Crónica de un cierre anunciado

Ya en abril de este año, trabajadores y organizaciones habían denunciado que se estaba desmantelando el sistema de los Socat, y vaticinaban el inminente cierre que ahora se va a concretar.

Según publicaba la diaria por entonces, los trabajadores ya se habían enterado que el Mides no iba a renovar los convenios que estaban vigentes hasta julio y que procedería a instrumentar el trabajo de contratación de técnicos unipersonales. En ese mes, Sciarra había dicho que el tema se estaba “ajustando” y que el ministerio estaba “en diálogo con las organizaciones”.

“Socat desaparece como programa, lo que hay en su lugar es un chatbot, un robot que se maneja a través de Whatsapp, donde la gente se agenda y le hace consultas. Algunas cuestiones se pueden tramitar de esa manera, por ejemplo una cédula de identidad o postularse para la tarjeta Uruguay Social, pero no hay vínculo con una persona, se pierde el cara a cara, el vínculo humano entre las personas”, había dicho al medio un funcionario del Socat.

Fuente : lr21.com.uy

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