Presentación
El Monitor de Opinión Pública de Opción realiza seguimiento continuo de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya. En esta edición, la información proviene de una encuesta de telefonía celular a personas mayores de 18 años residentes en todo el país.
La medición fue realizada entre el 9/8/2021 y el 16/8/2021 sobre la base de un muestreo aleatorio a números rango de telefonía celular. La muestra es de 800 casos y el margen de error máximo para las proporciones del total de la muestra es de +/-3.5% para un nivel de confianza del 95.
Los resultados se encuentran ponderados por nivel educativo, región, edad, sexo y voto en las elecciones presidenciales de 2019. El Monitor de Opinión Pública es contratado por Montecarlo Televisión, agrupaciones políticas y organizaciones del sector público y privado.
Este informe se presenta como primicia en Canal 4.
Aprobación de gestión de gobierno – agosto 2021
Tomando en cuenta todos los aspectos ¿cómo evalúa usted la gestión del gobierno nacional encabezado por Luis Lacalle Pou? Diría que es…
Tomando en cuenta todos los aspectos ¿cómo evalúa usted la gestión del gobierno nacional encabezado por Luis Lacalle Pou? Diría que es…
Tomando en cuenta todos los aspectos ¿cómo evalúa usted la gestión del gobierno nacional encabezado por Luis Lacalle Pou? Diría que es…
Tomando en cuenta todos los aspectos ¿cómo evalúa usted la gestión del gobierno nacional encabezado por Luis Lacalle Pou? Diría que es…
En pocas palabras, ¿por qué diría que la gestión de gobierno es…?
Análisis
Caída de aprobación gubernamental de 9 puntos pauta nuevo escenario de relacionamiento entre gobierno y opinión pública.
Un 46% de los uruguayos aprueba y un 26% desaprueba la gestión del gobierno encabezado por el Presidente Luis Lacalle Pou a pocos días de cumplirse dieciocho meses desde su llegada al poder. Los datos surgen de nuestro Monitor de Opinión Pública ejecutado entre el 9 y 16 de agosto. En una mirada sincrónica ( “la foto”), se trata de un balance favorable para el oficialismo, con 20 puntos de brecha positiva (que surge al restar a la aprobación el porcentaje de desaprobación). Este es uno de los saldos positivos de gestión más amplios de los gobiernos nacionales recientes en un mismo punto temporal de la gestión, con niveles de aprobación que se asemejan al de las primeras dos administraciones frenteamplistas. En cambio, si se compara con el gobierno anterior, la segunda administración Vázquez tenía una aprobación 16 puntos menor a la de Lacalle Pou y una brecha de aprobación negativa (-8) al año y medio de gestión (agosto de 2016).
No obstante, en una mirada longitudinal (“la película”) se observa una caída de la aprobación de 9 puntos respecto al trimestre previo y un incremento de la desaprobación de 8 puntos. De esta forma, el saldo de aprobación se redujo a la mitad del que existía en el trimestre anterior. Se trata claramente de una tendencia que no puede explicarse por los márgenes de error estadísticos y que, por tanto, significa un cambio efectivo en la opinión pública uruguaya en los últimos meses. A su vez, es el segundo salto descendente que sufre el actual gobierno en términos de aprobación desde que comenzó su gestión. El primer salto había ocurrido en el primer trimestre de 2021, tras un 2020 de muy altos y estables niveles de aprobación (cercanos al 60%).
Cuando se desglosa el nivel de aprobación según bloques electorales, emerge una pista clave para comprender los cambios producidos. Multicolores y frenteamplistas no solo tienen miradas muy diferentes sobre el gobierno sino que también presentan trayectorias disímiles. Del lado del electorado frenteamplista, se observa que en este trimestre la desaprobación se incrementó 14 puntos, pasando de 41% a 55%. Se trata del mayor salto en desaprobación de un trimestre a otro. En tanto, la aprobación entre los frenteamplistas cayó 10 puntos respecto al trimestre previo, de 20% a 10%. En una mirada punta a punta, el electorado frenteamplista que hoy desaprueba al gobierno es 32 puntos superior al que lo hacía a principios de la gestión, mientras que aquel que aprueba la gestión cayó 21 puntos.
En cuanto al electorado multicolor, este trimestre registra la caída en aprobación más importante, pasando de 85% a 78%. Sin embargo, sigue siendo contundente la mayoría multicolor que aprueba la gestión y únicamente creció 1 punto la desaprobación, manteniéndose en guarismos mínimos (3%).
Esto significa que, entre el electorado oficialista, la caída de la aprobación repercutió casi en su totalidad en un crecimiento de la aprobación neutra sin afectar a la desaprobación. En una mirada conjunta, se concluye que los cambios de opinion entre votantes frentemplistas y multicolores contribuyen de forma pareja a explicar la caída trimestral en aprobación. Sin embargo, el crecimiento de la desaprobación se explica casi exclusivamente por un cambio al interior de los votantes frenteamplistas.
Entre quienes aprueban la labor del gobierno, la gestión de la pandemia continúa como principal atributivo positivo de imagen. Entre quienes la desaprueban, tienen clara predominancia las dimensiones socioeconómicas.
Al consultar a la ciudadanía sobre los motivos por los que evalúan de una u otra forma la gestión gubernamental, emergen conclusiones similares a las del pasado trimestre. Entre quienes aprueban la gestión, hay tres motivos que destacan particularmente sobre el resto: la conformidad general, la satisfacción con la gestión de la pandemia y el reconocimiento de una labor positiva dentro de un contexto desafiante y negativo. Estos tres motivos nuclean al 75% de quienes aprueban la gestión (un 34% de la ciudadanía). Los últimos dos aspectos, de una u otra manera, hacen referencia a la labor del gobierno en el inesperado contexto de emergencia sanitaria y han estado invariablemente al tope de los atributos positivos de imagen gubernamental. Sin embargo, en este trimestre aparecen como novedad varias menciones positivas relativas a la campaña de vacunación contra la COVID-19. Este es un hallazgo esperable teniendo en cuento el alto porcentaje de vacunación que registra el país y su fuerte efecto sobre la reducción de contagios, internaciones y decesos por coronavirus.
Entre quienes desaprueban al gobierno, los motivos se centran mayormente en cuestiones de índole socioeconómica, siendo especialmente frecuentes las desmejoras percibidas en el salario real y en la generación de empleo así como las críticas al aumento de las tarifas. Además, en consonancia a su perfil predominantemente frenteamplista, hay un segmento relevante que manifiesta desaprobar al actual gobierno por entender que profundiza la desigualdad y emplea políticas perjudiciales para la mayoría poblacional. Combinadas, esta clase de críticas a la gestión nuclean al 75% de quienes califican a la misma como “mala o muy mala” (un 20% de la ciudadanía).
Por último, al interior del 27% que califica a la gestión de gobierno como “ni buena ni mala” predominan tres tipos de posturas. De un lado, hay un subgrupo que sostiene una mirada primordialmente negativa de la gestión, es decir más cercano a la desaprobación que a la aprobación.
Igual que en el segmento que desaprueba abiertamente la gestión, predominan aquí los aspectos de carácter socioeconómico al expresar disconformidad. Un segundo subgrupo entre quienes evalúan en forma neutra al gobierno lo componen quienes entienden que el saldo de gestión incluye parejamente aspectos positivos y negativos. Nuevamente, entre los aspectos positivos más mencionados está la gestión de la pandemia y entre los negativos más frecuentemente aludidos se hallan temáticas socioeconómicas como el desempleo o el aumento de los combustibles. Finalmente, para otro segmento relevante que califica a la gestión como “ni buena ni mala” no es posible evaluar adecuadamente al gobierno, ya sea porque aún no ha transcurrido suficiente tiempo o porque el contexto pandémico impide hacerlo.
Balance y perspectivas.
Con pisos y techos diferentes, los ciclos recientes de aprobación presidencial en Uruguay han seguido un comportamiento parabólico. Comienzan desde niveles relativamente altos, tocan sus pisos sobre mitad de la gestión y se recuperan sobre el final. El actual ciclo de gobierno tuvo como novedad un mantenimiento prolongado de sus niveles iniciales de aprobación, en un contexto inusual en el que trece días después del estreno del gobierno se había declarado la emergencia sanitaria. Sin embargo, en la mirada global, la trayectoria de aprobación de este ciclo también se viene comportando de acuerdo a los antecedentes previos, con un crédito ciudadano que disminuye conforme avanza la gestión y mientras todavía nos hallamos lejos de las próximas elecciones presidenciales. Esta constatación deja a su vez varias preguntas planteadas. La más importante es si este es el “piso” de aprobación que tendrá el actual gobierno o si ocurrirán nuevas caídas que asemejen el panorama de aprobación al de la última gestión frenteamplista.
En la situación actual, con un avanzado grado de normalización sanitaria, parece ir consolidándose una opinión pública “pos-pandémica” cuyas preocupaciones centrales giran en torno a temáticas socioeconómicas y cuyo relacionamiento con el gobierno dependerá fundamentalmente de la satisfacción percibida de gestión en temáticas como el salario y el empleo. Para el gobierno, este clima pospandémico constituye una oportunidad y un desafío. Es una oportunidad, porque los indicadores económicos de 2021 muestran varias señales de mejora, con recuperación del producto y el empleo respecto a 2020, aunque con un rezago considerable de sectores estratégicos como el rubro comercio y servicios. Si esta tendencia positiva de la economía uruguaya se mantuviera en los próximos meses, existirá un escenario objetivo que ayudará al gobierno a retener un capital político que, pese a menor al de 2020, sigue siendo elevado.
Es un desafío, al mismo tiempo, pues el mantenimiento del escenario de normalización sanitaria situará definitivamente en el primer plano aquellas áreas de gestión donde el gobierno ha tenido mayores dificultades de posicionamiento en términos de imagen pública (economía, empleo, salario, tarifas), perdiendo simultáneamente relevancia aquella área (la gestión sanitaria) que desde el comienzo ha sido su mayor fortaleza de imagen.
El modo en cómo se resolverán esta oportunidad y este desafío tendrá seguramente un impacto electoral en el mediano plazo, dado que factiblemente en 2022 se celebre el referéndum sobre la LUC, una instancia cuyo desenlace dependerá en buena medida del clima de aprobación gubernamental del momento.
*Ante cualquier consulta relativa a este informe u otros servicios comunicarse con Opción Consultores: [email protected]; Tel. (598) 2413-6509.
*Imagen: Presidencia de la República.