MOSCU (ANSA, por Alberto Zanconato) – Independientemente de la afirmación del ISIS, reiterada 24 horas después, Vladimir Putin plantea el espectro de la responsabilidad de Kiev por la masacre en el Ayuntamiento de Crocus en Moscú, y avisa que aquellos «detrás de este bárbaro acto terrorista serán castigados».
El principal sospechoso de Rusia parece ser Ucrania, donde los cuatro autores del atentado quisieron refugiarse gracias a una «ventana» preparada para ellos al otro lado de la frontera, acusó el presidente.
Una reconstrucción que la presidencia ucraniana rechazó por considerarla «absolutamente insostenible».
Entretanto, el número de víctimas del ataque, perpetrado mientras unos 6.000 espectadores esperaban el inicio de un concierto del grupo de rock Picnic, ha aumentado dramáticamente.
El comité de investigación precisó que los muertos confirmados eran 133, después de que se recuperaran una veintena de cuerpos sin vida entre los escombros de la sala de conciertos, parcialmente destruida por un incendio que los cuatro terroristas iniciaron utilizando líquido inflamable, según algunos testigos. La directora de la televisión Russia Today, Margarita Simonyan, habló de 143 muertos, pero la noticia no fue confirmada oficialmente.
Hay 121 heridos y desde primera hora de hoy cientos de moscovitas hacen cola delante de hospitales y centros médicos para donar sangre. Entre las víctimas también hay niños, y muchas madres fueron encontradas muertas abrazando a sus hijos, escribió el periódico Baza.
Putin, en un discurso televisado a la nación, habló de un «asesinato en masa» del que fueron víctimas adultos y niños, como los llevados a cabo «por los nazis en los territorios ocupados» en la Segunda Guerra Mundial.
El servicio de inteligencia nacional, el FSB, informó que los cuatro acusados ;;del ataque fueron detenidos junto con otras siete personas en la región de Briansk, a unos 350 kilómetros al suroeste de Moscú. Los presuntos agresores, que según las autoridades rusas son todos extranjeros, viajaban en un Renault blanco, que fue bloqueado tras una persecución. El diputado Alexander Khinshtein, jefe del comité de política de información de la Duma, dijo que a bordo se encontraron pasaportes tayikos.
Según el FSB, los sospechosos intentaron huir hacia la cercana frontera con Ucrania, país en el que tenían «contactos».
Y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zakharova, subrayó que «en los últimos años el régimen de Kiev ha llevado a cabo actividades terroristas activas y sistemáticas contra los rusos», recordando entre otras cosas varios «ataques contra figuras públicas y periodistas».
Pero el asesor presidencial ucraniano, Mikaylo Podolyak, respondió que «cualquier intento de vincular a Ucrania con el ataque terrorista es absolutamente insostenible» y que la versión de la inteligencia rusa es «absurda». Mientras que el primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo que esperaba que Rusia no utilizara el ataque de Moscú «para intensificar la violencia» en Ucrania.
En un vídeo de tres minutos difundido por Margarita Simonyan, uno de los cuatro arrestados admitió en un primer interrogatorio sumario que había aceptado participar en la acción a cambio de dinero después de haber seguido las «lecciones» de un «predicador» en línea, pero no lo hizo ninguna mención de Ucrania.
En cambio, ISIS reivindicó el ataque, a través de su agencia de noticias Amaq, confirmando que fue perpetrado por cuatro de sus «combatientes», cuyas fotografías publicó. «El ataque se produce en el contexto de una guerra furiosa entre el Estado Islámico y los países que luchan contra el Islam», añadió Amaq, en aparente referencia, entre otras cosas, a las intervenciones militares rusas en Siria y Africa.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó «los terribles ataques contra Moscú y el terrorismo en todas sus formas». Y la Casa Blanca confirmó que Estados Unidos había advertido a los rusos a principios de marzo de un ataque terrorista que podría tener como objetivo «grandes reuniones» en Moscú, incluidos conciertos, como escribió la embajada estadounidense en su sitio web.
La voluntad de cooperar con Rusia en la lucha contra el terrorismo fue subrayada en conversaciones telefónicas con Putin por los líderes de Bielorrusia, Uzbekistán, Kazajstán y Turquía.
El ataque a Moscú «demuestra que las crisis regionales deben resolverse pacíficamente lo antes posible», subrayó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que recientemente confirmó su voluntad de actuar como mediador en el conflicto ucraniano. (ANSA).
Foto: Ofrendas y honras en el lugar del ataque, el Crocus City Hall / EPA
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