Música a alto volumen, autos y motos, obras y mascotas ponen a prueba la salud de la ciudadanía.

Los ruidos molestos y la contaminación acústica son dos de los grandes problemas que enfrentan los montevideanos. 

Según los datos de la Defensoría del Vecino, el 45% de los llamados son por problemas de convivencia entre montevideanos y de estas quejas el 38% son por ruidos molestos.

María Elena Laurnaga, defensora del vecino de Montevideo, explicó que “a veces, los ruidos molestos están provocados por convivencia entre vecinos. Con la pandemia, estamos viviendo en un contexto de mayor presión, y el ruido que antes no escuchaba, porque estaba ocho horas en la oficina, ahora lo tengo al lado de mi cama”.

De hecho, las denuncias por ruidos molestos a la Defensoría del Vecino crecieron durante la pandemia y llegaron a los 1.171 asuntos en el último año. 

Beatriz González, profesora de Ingeniería Ambiental, señaló que “tras la pandemia todos empezamos a escuchar ruidos que antes no escuchábamos y no teníamos idea de que existían”. 

El ruido, además de ser molesto, tiene repercusiones en la salud de las personas: daños auditivos, dolores de cabeza, hipertensión, insomnio, estrés y problemas de aprendizaje son algunos de sus efectos negativos. 

Además, González dijo que, según estudios recientes, los ruidos inciden en la obesidad e incluso pueden generar una mayor propensión a contraer cáncer.

Por otro lado, la Intendencia de Montevideo también atiende unos 200 reclamos al mes sobre ruidos molestos.

Estas denuncias son atendidas a través de tres canales, de acuerdo a su competencia: Servicio de Instalaciones Mecánicas y Eléctricas (SIME), Tránsito y Defensoría del Vecino.

Sandra Vittorino, del SIME, señaló que se investigan todas las denuncias, aún las más insólitas, como las recibidas por actividades paranormales, producidas “por extraterrestres y fantasmas”.

fuente : telenoche.com.uy

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