Salto repite a menor escala la problemática del país en cuanto a distribución demográfica. Su población se concentra en cifras cercanas al 90 % en la ciudad capital, no existiendo otras ciudades  en el departamento. Solo cuatro localidades del interior superan los 1000 habitantes, Villa Constitución en torno a los 4000, Pueblo Belén  a los 2000 y en el este tenemos Valentín y Lavalleja con poco más de 1000 cada una. Nuestro departamento es el segundo del país en extensión territorial detrás de Tacuarembó. Por tanto, en miles y miles de esos 14000 km cuadrados encontramos a muy pocos salteños viviendo allí.

En cuanto a los números que de alguna manera muestran el desarrollo del departamento y  la calidad de vida de sus habitantes, son preocupantes desde hace tiempo ya. El desempleo, la pobreza, la falta de viviendas, son problemas que angustian a los salteños. Es que vivir a 500 km del centro metropolitano del país agrega más dificultades sin duda.

En este marco, algo que puede llamar la atención es que en esas cuatro poblaciones del interior nombradas es más difícil ver situaciones de pobreza extrema o marginalidad. ¿Tendrá que ver esto quizás con el modo de vida más sencillo o con la solidaridad familiar y vecinal más practicada que en la ciudad?

Teniendo en cuenta esto y por otro lado las potencialidades de nuestro departamento nos parece sumamente necesario llamar la atención de los gobernantes y de todos aquellos que tienen responsabilidades institucionales o políticas para pensar, planificar e impulsar a mediano y largo plazo el desarrollo del Interior, particularmente de las medianas y pequeñas localidades.

Nos entusiasma mucho, porque estamos convencidos que es posible, imaginarnos al “triángulo” conformado por Constitución, Termas de Arapey y Belén como un polo potente de desarrollo. Para esto es necesario indudablemente políticas públicas activas y sostenidas en el tiempo y no solo del gobierno departamental sino del nivel nacional fundamentalmente. Habrá que pensar mucho más en proyectos productivos, turísticos, educativos, deportivos, culturales, etc, que permitan sumar esfuerzos de estas tres localidades integrándolas y no solo pensándolas por separado.

Esto que planteamos para ese “triángulo” del noroeste, también debería pensarse para otras regiones del departamento como puede ser la conformada por Valentín, Biassini y Colonia Lavalleja y otras.

Una gran modificación de la estructura de gobierno en cuanto a lo territorial fue la instalación de los Municipios. Llegó para quedarse a través de la ley de “descentralización y participación ciudadana” votada al final del primer gobierno frenteamplista. La vida va demostrando, habiendo muchos aspectos para corregir aún, que esta ha sido una decisión muy acertada y que abre caminos fundamentales para la participación de la ciudadanía en las políticas de cercanía, es decir de aquellas cosas que tienen que ver con lo más inmediato y cotidiano de la vida de la gente en cada lugar. En el interior del departamento tenemos seis municipios, pero quedan zonas muy extensas aún sin ser “municipalizadas”. Quizás ese es un camino a explorar, es decir pensar en la posibilidad de todo el departamento municipalizado, por lo menos en lo que refiere al interior en principio.

Estamos convencidos que vale la pena “poner cabeza” en estas cosas, dedicarle tiempo a pensarlas y sumar esfuerzos, así como también buscar el respaldo de la “academia” aprovechando que en Salto tenemos una presencia importante de la Universidad de la República.

Daniel Dalmao

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