Un comercio de menor escala y bajos márgenes no puede sostener las exigencias que pide el Instituto Nacional de Carnes (Inac) , dijo que representante de las pollerías tras el veto contra la definición a favor de las intendencias como habilitadoras de este tipo de comercios. La LUC pasó esta fiscalización de los gobiernos departamentales al INAC.
El vocero de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola, Daniel Pereyra, mostró su “sorpresa y bronca” por el veto del presidente Lacalle Pou contra el artículo de la Rendición de Cuentas que pasaba la habilitación de las pollerías a las intendencias departamentales. La definición fue adoptada en el Senado y por unanimidad.
Con el veto, quedó firme la normativa que establece al Inac como el habilitador a nivel nacional. Esta disposición se instaló a partir de la Ley de urgente consideración de Lacalle Pou. Esto afectará a más de mil familias, explicó Pereyra a El Observador. El Inac nunca los recibió, dijo.
Pereyra detalló que el pasaje de la habilitación hacia el Inac incluyó la eliminación del doble reglamento, uno para carnicerías y otro para pollerías. Subrayó que los segundos son comercios de pequeña escala, con bajos precios y menores márgenes, que necesitan de la venta de productos de rotisería para alcanzar rentabilidades mínimas. Pereyra no entiende por qué una pollería no puede vender productos de rotisería pero una carnicería puede proveer alimento para perros.
Por otro lado, subrayó que las exigencias del Inac obligan al cierre de pollerías o a su expulsión hacia la informalidad. Recordó que la solución alcanzada por la unanimidad de los senadores permitía el posterior desarrollo de una normativa consensuada con el Congreso de Intendentes y en la cual la última palabra para las habilitaciones la iba a tener el Inac.
Ahora aguardarán que el veto sea levantado en la Cámara de Senadores o mantener una reunión con el mandatario. Consideran que en la decisión de vetar el artículo estuvo muy mal asesorado.
Causa Abierta