Cuando los gobernantes se acostumbran a ver la realidad desde la comodidad de un despacho y basándose en informes realizados por otros funcionarios que no pusieron un pie en la realidad, uno puede marearse. Y eso es básicamente lo que nos presentó la Ministra de Economía y su equipo el otro día en la Comisión de Hacienda integrada con Presupuesto de la Cámara de Diputados: Una rendición que se olvida de la gente y que presenta una realidad que está muy lejos de la que viven los uruguayos.
No queremos salir a atacar a la Ministra ni a su equipo porque como siempre nuestra apuesta es al: Estudio, Escucha, Empatía, Propuesta y Comunicación. Primero, estamos estudiando el proyecto de rendición de cuentas y todo el equipo de diputación está abocado a ello, con el objeto de identificar todas las oportunidades de poder mejorarlo. Luego escucharemos a las delegaciones, trataremos de empatizar con sus necesidades, presentaremos propuestas y comunicaremos a la ciudadanía nuestro accionar.
Pero este recorrido es el que se le olvida a la Ministra y su equipo. Acá no hay empatía, no hay escucha y lo más grave: no hay estudio de la realidad social.
Se no está presentando una “rendición de cuentas” de naturaleza y tono marcadamente triunfalista. El relato oficialista afirma que, por la acción del gobierno, la mayoría de los uruguayos viven bien y cada vez mejor, que los más vulnerables son objeto de cuidado más que suficiente y, también, que el país transita una senda de progreso.
Pero parece que en el gobierno no tienen nuestra costumbre de salir a recorrer los poblados y los barrios para sintonizar y palpitar como vive nuestra gente.
En esas recorridas es donde vemos un fuerte deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías como resultado, entre otros factores, de la caída de salarios y pasividades acumulada en los primeros tres años que llevamos de este gobierno.
Ni que hablar que el gobierno mira para el costado respecto a la situación de los sectores más vulnerables que siguen padeciendo condiciones de vida inaceptables.
Y en lo que nos respecta al interior del país, y especialmente a Salto, es notorio que esta rendición de cuentas vuelve a dejar librado al azar a miles de familias de comerciantes que han visto cerrados sus fuentes laborales producto de la situación cambiaria con Argentina. Ante esta realidad, una vez más sentimos el profundo silencio y omisión que hace el gobierno sobre lo que sucede en Salto.
Pero los recortes y omisiones también se hacen sentir en el rubro de la educación con un incremento nulo en esta Rendición, sabiendo la gran relevancia que tiene tanto la enseñanza, como la investigación y extensión, especialmente en el sistema universitario. Estamos ahora enfrentando una catástrofe tan grande como la de la pandemia por COVID-19 con el tema del agua, ¿cómo pretende el gobierno que se encare esta crisis hídrica si no es con el sector de ciencia? Ese mismo sector que en buena medida está en la UDELAR y al cual este gobierno no le otorga ningún tipo de aumento presupuestal.
Sobre la atención pública de salud en el interior y especialmente en Salto ni hablemos. No hay ninguna mención en esta Rendición de Cuentas a mejorar las condiciones de atención en salud y acceso a medicamentos en el interior del país donde cada vez más faltan especialistas.
Precisamente sobre educación, sobre salud, sobre la falta de inversiones en el interior y así como la incorporación de temas que no corresponden a una Rendición de Cuentas, estaremos escribiendo en las próximas columnas con el objetivo de informar sobre esta rendición, que una vez más no rinde nada.
Álvaro Lima – Diputado Nacional por Salto