El párroco de la catedral de Florida, el sacerdote César Buitrago, habló sobre cómo llegó a invertir US$ 127.000 en dos contratos con Conexión Ganadera y realizó una reflexión acerca de la situación de la empresa, que admitió semanas atrás un déficit patrimonial de US$ 250 millones.
Buitrago es uno de los varios integrantes de la Iglesia Católica uruguaya que tienen contratos vigentes y figuran como inversores afectados por la crisis de la empresa Conexión Ganadera.
De acuerdo con el sacerdote, llegó a invertir en Conexión Ganadera por la cercanía que tenía con uno de los socios de la firma, Gustavo Basso, fallecido el 28 de noviembre de 2024 en un siniestro de tránsito en su Tesla, cuyas causas se siguen investigando.
“Gustavo [Basso] pertenecía a la comunidad de la catedral, siempre que podía venía todos los días a la eucaristía”, relató Buitrago en rueda de prensa este miércoles, según consigna Telemundo (Canal 12).
Asimismo, dijo que el empresario “pertenecía al consejo parroquial de la comunidad”. “Cada parroquia tiene lo que se llama un consejo parroquial con integrantes de todos los grupos de la comunidad y, dentro de esos integrantes estaba Gustavo. Él era un miembro más de un consejo integrado por más de 20 personas de esta catedral”, explicó.
“La verdad, él gozaba de total confianza y creo que todos los que le confiamos a Conexión Ganadera los ahorros lo hicimos en base a la confianza y, los que conocíamos a Gustavo, en base a la confianza que él nos generaba”, consideró.
En lo personal, el sacerdote admitió: “Siempre pensé: ‘Qué mejor que él tenga mi dinero, que es tan buen comerciante’”.
Por último, con respecto a cómo se siente tras conocerse la situación financiera de la empresa, dijo que se debe dejar actuar a la Justicia. “Lo primero que digo es que dejemos que quienes tienen que hacer el trabajo lo hagan. En este momento es muy fácil ponerse de juez, juzgar y condenar”, sostuvo.
“Hay muchas evidencias empíricas, por supuesto, yo he escuchado a muchas personas que han venido y me han trasmitido el dolor. Yo los entiendo perfectamente, entiendo la desesperación de muchas personas que tenían ahí todos los ahorros de su vida, pero ¿ahora qué más podemos hacer?”, se preguntó.
