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miércoles 8 enero 2025
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UN INOPORTUNO LÍDER OPORTUNISTA

Eduardo Casaballe

Un líder se construye desde los valores, una firme base familiar, conocimientos sólidos en materia política y económica, siendo un ejemplo a seguir y procurando justicia entre sus seguidores. Aclarado esto, narraré a continuación los hechos relacionados con los personajes en cuestión.
En las elecciones departamentales de 2015, el Partido Nacional enfrentó la contienda con mínimas chances de éxito. Optó por una candidata sin peso político, pero con tradición, lo cual, en el contexto de la polarización entre el intendente Coutinho y el aspirante del Frente Amplio, Dr. Andrés Lima, dejó a los blancos sin posibilidades. La polarización los relegó al punto de obtener solo dos ediles, la peor votación de su historia.
En ese momento surgió la pregunta: ¿por qué no se lanzó a la arena política el novel dirigente Dr. Albisu? Desde las propias filas se argumentó que no se quería «quemar» su figura prematuramente. El proceso hasta 2019 lo fortaleció, pero no por méritos propios, sino como reflejo de la imagen del Dr. Luis Lacalle Pou, quien lo protegía y permitía que su ascenso fuera más por inercia que por liderazgo real.
El carácter de Albisu, carente de temple y coraje, junto con una realidad tan tibia como difusa, no lo convirtieron en un verdadero líder político. Factores heredados, como su vínculo con la logia masónica a través de su padre y la labor filantrópica de su madre en instituciones sociales como el CAIF Policial, no lograron cimentar su liderazgo.
Su equipo cercano, integrado por personajes de cuestionable manejo ético, dejó de lado los valores de austeridad y cuidado de los bienes públicos. Esto le valió el nombramiento, por parte del Presidente, como director de la delegación uruguaya en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Dicho cargo le otorgaba poder económico de cara a las elecciones de 2020, pero no logró conquistar la intendencia de Salto por méritos propios.
Albisu nunca deseó ser intendente de Salto. El poder económico, su libertad de acción y su imagen narcisista lo situaron en un pedestal por encima de todos. En su carrera dentro de la logia, debía demostrar superioridad, desinterés y colaboración solo con sus «hermanos». Sin embargo, su arrogancia y desconexión con la base de su partido lo fueron alejando. Aquellos a quienes antes alimentaba con las «sobras» de su poder comenzaron a socavar su posición.
Los hechos de julio de 2023 no fueron solo obra de la prensa o de la oposición. Sectores blancos, tanto a nivel local como nacional, también buscaron derribarlo de su torre de marfil. Cuando cayó, el silencio cómplice de sus cercanos lo condenó. Nadie lo apoyaba, excepto los denunciados por acomodos y algunos asalariados.
Sin embargo, se levantó gracias al respaldo del Presidente, quien le había pedido la renuncia. Las mismas hienas traidoras volvieron a rodearlo. Poco a poco salieron a la luz los abusos de poder, el despilfarro de dinero público, acomodos y otros favores cuestionables que beneficiaron a ciertos jóvenes con seguridad laboral.
La gestión de Albisu se podría comparar con la Francia de Luis XIV, el Rey Sol, donde el monarca absolutista proclamaba: «El Estado soy yo». Lujos, placeres y despilfarro fueron la marca de su administración, construyendo una figura de «divo» cuya voz y decisión eran las únicas que importaban.
Lo que a simple vista parece un relato novelesco es, en realidad, el retrato decadente de un narcisista, obligado por el dinero invertido en él y su círculo a postularse para un cargo que nunca deseó.
De cara a las elecciones municipales, la llamada «Coalición Departamental», ahora convertida en una colisión multicolor, no muestra cohesión. Las traiciones posteriores al 27 de octubre, cuando se optó por debilitarlo favoreciendo al candidato Yamandú Orsi, dejaron en evidencia las divisiones internas. La dirigencia de Marcelo Malaquina recomendó no votar a Delgado para minar las posibilidades de Albisu en mayo, asegurando su propio interés en el Parlamento (Robert Silva como senador y Horacio De Brum como diputado).
Con este escenario, sus antecedentes y una gestión marcada por el despilfarro y la falta de carisma, no es recomendable votar a Albisu. Su falta de un plan de gobierno sólido, la obligada renuncia por irregularidades y su débil liderazgo lo convierten en un inoportuno líder oportunista.

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