Inés Beisso es una de las mayores exponentes del longboard nacional. Oriunda de Paysandú, se mudó a los 14 años a Montevideo, donde tomó contacto con las tablas de la mano del skate, hasta que una lesión de tobillo la llevó a conocer el surf.
Poco a poco, Beisso se enamoró de un deporte que la marcaría para toda la vida y la convertiría en una de las deportistas más destacadas de Uruguay en la disciplina. En charla con Olas y Vientos, la surfista contó su historia en el deporte y sus próximos desafíos.
¿Cómo llegaste al surfing?
Mis primeros pasos fueron en el skate, hasta que sufrí una lesión de tobillo. Eso me llevó a que me comprara una tabla de surf y poco a poco me empecé a enamorar del deporte, surfeando los fines de semana.
¿Y cuándo llega el longboard a tu vida?
El longboard entró a mi vida hace unos cuatro o cinco años en La Paloma, junto a Julián Schweizer y Nacho Pignataro. Yo surfeaba en tablas cortas y ellos invitaron a mujeres para formar un equipo de longboard. Me vieron condiciones, y yo soy hipercompetitiva. Eso fue el inicio y un desafío personal para poder representar a Uruguay como hoy en día.
Con el longboard vuelvo a encontrar una disciplina que me enamoró y por la que dejé todo para dedicarme a ella. Hace dos años empecé a representar al país a nivel internacional y pude llegar a participar en mundiales y panamericanos. Representar a tu país es una sensación increíble; trato de dejar a Uruguay lo más alto posible. Este año, en abril, voy a representar a Uruguay en el Mundial de El Salvador.
¿Cuál es la realidad del longboard tanto a nivel nacional como en la escena internacional?
El surfing está creciendo en Uruguay y también a nivel mundial. Y el longboard en sí está creciendo muchísimo hoy en día. Hace unos años no estaba tan integrada la categoría. Hoy hay muchísimos competidores y eso es bueno para subir el nivel de cara a las competencias internacionales.
Hace poco, luego de cuatro meses fuera del país, obtuviste un campeonato con puntajes imponentes. ¿Cómo lo viviste?
Recién había llegado de Hawái luego de cuatro meses. Fue como que aterricé y fui al agua casi. Las condiciones eran buenas, aunque el viento pegó a la hora de ir al agua mi hit; pero el surfing es así.
Estar en el agua y ver que las cosas van saliendo te motiva y vas generando confianza. Fue un gran campeonato para mí a nivel de motivación y de resultados. Si bien desde el agua —por el viento— no lograba escuchar los puntajes, suponía que estaba ganando porque las cosas estaban saliendo. Cosa que confirmé al salir, y obviamente me puso muy feliz. Ganar en tu país no tiene precio.
¿Qué se pierde la persona que no conoce la sensación del surfing?
La persona que no se tira al mar se pierde un deporte que es mágico. Es un deporte increíble que es todo: es tiempo libre, es estar con la naturaleza, es como un psicólogo… Es mágico surfear.
¿Tenés una meta relacionada al surf?
Primero que nada, seguir estando a nivel para continuar representando a Uruguay. Y lograr un campeonato internacional. Creo que eso sería mi sueño hoy.
¿Qué es el surf para vos?
El surf es mi estilo de vida. Yo modifico todo para tener el surf en mi día a día. Desde el trabajo, mi tiempo libre, mis actividades; todo lo trato de modificar para priorizar el surfing. ¡El surf simplemente es todo!